La gran renuncia

La gran renuncia

Desde 2021 se ha vivido en EEUU un movimiento conocido como «La Gran Renuncia«, en el que en solo un año más de 47 millones de personas dejaron sus trabajos.

Los motivos de esta renuncia masiva aducen ser debidos a las pésimas condiciones económicas y al empeoramiento de la salud mental de los trabajadores en EEUU –problemas muy extendidos en el panorama laboral actual no solo por aquellas tierras– y en la actualidad son muchos los medios que se han preguntado por qué no ha habido un movimiento similar también en España.

La respuesta es simple: porque los trabajadores españoles no son idiotas…  EEUU tiene un sistema de despido libre en el que el trabajador está totalmente desprotegido, por lo que no les importa perder su trabajo a cambio de recuperar su «valiosa» salud mental; en cambio, en España, si los trabajadores renunciasen a sus puestos de trabajo –mediante un procedimiento de baja voluntaria-, se quedarían sin recibir indemnización y sin derecho a percibir prestación por desempleo alguna.

Por lo que los trabajadores en España han tenido que ser más creativos, de forma que aquí se ha extendido otras técnicas curiosas, como son las de «quiet quitting«, «loud quitting» o el «rage applying«, que son gran parte de los motivos por los que los empresarios han pasado en poco tiempo de un «si no te gusta tengo un montón de gente esperando por tu puesto«, a verlos llorar en la televisión por no encontrar trabajadores.

Pero, ¿qué es cada uno de estos conceptos en la práctica?

«Loud quitting» consiste en dejar claro tu descontento con la empresa, con muestras y actitudes más que evidentes.

«Rage applying» consiste en permanecer en una búsqueda activa de empleo mientras sigues trabajando para tu actual empresa.

«Quiet quitting» es sin duda el más aplicado en tierra patria, y consiste en trabajadores desmotivados por un trabajo que no les valora, que hacen únicamente lo justo y necesario para cumplir con sus obligaciones laborales imprescindibles, basándose en que dentro de un país plagado de temporalidad, de fraudes, de horas impagadas y abusos laborales en general, sería perfectamente normal la extensión de esta práctica e incluso practicarla sin ser consciente de ello, dado que más del 40% de los trabajadores en España apenas llegan a cobrar el SMI, además de que cada semana se realizan de 3 a 6 millones de horas extra no remuneradas, entre otras muchas irregularidades –como por ejemplo que no solo pagan poco, sino que tampoco pagan todo lo que deberían

Bajo esas circunstancias, los únicos que querrían trabajar más de lo debido son los llamados «hereda-empresas», a pesar de que en teoría el esfuerzo y la dedicación en el trabajo van íntimamente unidos al sueldo.

Por tanto, la norma habitual es que si te están pagando lo MÍNIMO que está permitido por ley, mejor que a empresa no espere que trabajes más de lo mínimo, argumentando que lo que está en juego es tu salud mental, tu salud física y tu tiempo, que es lo más valioso que existe, así que mejor ni lo regales ni lo malvendas.


Fuente:  https://twitter.com/JobsticeOficial/status/1627988105289515010

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1 comentario

  1. no sé si entra en esas categorías el chantajear a la empresa dándose de baja por alguna depresión y obligar a llegar a un acuerdo. como he visto.
    y, ¿hay alguna categoría para la baja productividad de los trabajadores de las administraciones públicas?

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