En China están pasando muchas cosas, más allá de lo que sale por la tele. Y quizá una de las cosas más importantes que esté pasando en el mundo no sea una guerra en la periferia de Europa –algo que, todo sea dicho de paso, lleva en danza desde 2014 y jamás nos importó– ni siquiera la reordenación de los contratos de gas y petróleo a nivel mundial, el cambio de hegemonía inevitable, o las transformaciones que se avecinan si variamos los papelitos que llevamos en la billetera o incluso el formato que utilizamos para intercambiar bienes y servicios…
Quizá una de las cosas más importantes que está sucediendo es la batalla por el agua en una región de China, en un trocito de Asia, cerca del Himalaya y entre las fronteras de China, India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Myanmar, los cuales suponen –solo esos seis países nada más-, casi la mitad de toda la población mundial actual.