Lo malo es que nuestros fiscos no miran más que la legalidad de la factura y en el importe , origen, concepto y destino si no está en investigación pasa el filtro con total impunidad y estamos por decir que esto supone no ingresar miles de millones dólares y euros que no llegan a las arcas públicas porque ingenieros fiscales y financieros están siempre paseándose por el filo de la hoja de un cuchillo con la legislación vigente en cada país o área económica.
Es que da rubor al contribuyente pensar que a él no le pasan un dólar o un eros y luego empresas contratar prestidigitadores tributarios para saltarse toda barrera que pueda existir con el más estricto cumplimiento fiscal. Los impuestos de sociedades tendrían que ser mirados con más lupa en materia de gastos y costes de explotación porque tras ellos se puede esconder una fuente de ingresos impresionante.
Es como tener una clínica y pagar sumas muy superiores a la media a proveedores de la misma y estos luego pues depositan el digamos sobreprecio en una cuenta en paraíso fiscal a nombre del dueño de esta clínica. Factura? legal. Concepto e importe ? legal. Tributación? la correspondiente e incluso cero. Beneficiario final? el dueño que ha convertido convertido un porcentaje del gasto directamente en beneficio propio que podrá remesar o no a su firma.