La distribución alimentaria es un oligopolio de facto

Eleconomista.es publica:

«El mercado de la distribución alimentaria en España alcanza el mayor grado de concentración de toda su historia. Mercadona, Carrefour y Lild han alcanzado una participación conjunta del 42,6%, la mayor cuota registrada hasta ahora, según los datos de la consultora Kantar Worldpannel. Hace solo cuatro años, justo de que estallara la pandemia en marzo de 2020, entre las tres sumaban solo el 37,4%, pero desde entonces su participación en el mercado no ha parado de crecer año tras año.

Aunque se ha producido ligeras oscilaciones, entre los otros grandes actores del mercado -Eroski, Dia, Consum y Alcampo- apenas suman ahora el 14,6% de participación. Eso sí, sigue habiendo un 42,8% también en manos de otros operadores, fundamentalmente las cadenas de supermercados regionales, como Ahorramás, Gadisa, Covirán, Alimerka o Uvesco, entre otras. Mercadona, que ha llegado incluso a alcanzar en los últimos meses el 27% de participación, la ha rebajado ahora ligeramente, hasta el 26,3%, más de un punto por encima en cualquier caso de la que tenía en 2020. En la misma línea también, y aunque todavía a mucha distancia de la compañía valenciana, Carrefour ha alcanzado la mayor participación en los últimos años, hasta un récord del 10,1%, lo que supone casi dos puntos más respecto a 2020.

Pues la conclusión es clara si tres manos acaparan 42,6 euros del mercado de la alimentación estamos hablando de un oligopolio que hasta podríamos acusar de técnicas de cartel en los precios de los alimentos con un simple estudio que lo podrían realizar chicos de la ESO española.

Esta evolución de concentración de tanto poder en tres empresas no tiende a menos sino a más en el 2020 poseían el 37.4% y este año están en el 42,6% y más poder aglutinan más porcentaje acaparan de cuota de mercado.

La legislación debería prohibir que un sector tan esencial haya tan poca competencia, fuera del trio de ases lo que resta es la otra mitad del mercado, se ha de liberalizar el mercado para que entren cadenas internacionales porque a más oferentes a una demanda constante los precios bajan, lo malo claro es que a los proveedores también. La inercia actual es que estas grandes empresas ya produzcan directamente comprando terrenos de cultivo y explotación ganadera  y/o empresas de elaboración y proceso donde jugar con marcas blancas para competir con las de mayor calidad en precio a costa claro de la calidad.

Pero no se preocupe nadie en el 2030 o 2050 comeremos todos y no tendremos ni la opción de elegir nada porque estaremos comprando lo mismo bajo distintas marcas. Perfectamente podrán salir de una misma central lechera pues veinte marcas del producto base y sus derivados elaboradas en otras ..

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