Lo que comentamos ayer sobre AENA y sus enormes expectativas a corto plazo en cuanto a su negocio por el tránsito aeroportuario de pasajeros y carga que sin duda ya tienen que pasar cosas graves para que así no sea vale perfectamente para nuestras cadenas hoteleras tanto urbanas como costeras donde el turismo entra a saco tanto nacional como internacional. Y todo esto con independencia como el año pasado de las correspondientes subidas de precio tanto por el IPC como por el exceso de demanda.
A la vivienda vacacional y a las plataformas que las gestionan se les está poniendo coto así que a este grupo se le viene encima una carga de trabajo excepcionalmente buena otro año más tras el covid, pero ojo, también pensábamos muchos que la acción iba a volar y la primavera y el verano pese a ser muy buenos de caja fueron muy malos en bolsa , razón, el alto endeudamiento de la empresa que le obligó incluso a hacer liquidez con propiedades para amortizar deuda.
Pero este año no debería ser como el pasado con menos peso se puede elevar más y mejor ahora así que pedir para el verano niveles de 8,25 euros o una vuelta máximos del 2022 sería lo menos que se despachase.
Por técnico el rango lateral fue roto al alza este 2024 y la altura del mismo marca concordancia con los 8,25 euros citados así que no estamos tampoco lanzando un precio objetivo exagerado más bien hasta conservador porque Meliá no tiene su pasivo tan bien como Aena.