Ana Botín, al rescate de Coca-Cola, de cuyo consejo de administración forma parte.
Santander es una de las entidades financieras que participan en una operación de venta de deuda del líder mundial de los refrescos, que afronta una reclamación fiscal multimillonaria en Estados Unidos.
Los 6.000 millones de dólares a los que la compañía ha sido recientemente condenada a pagar, es solo el desembolso inicial de los 16.000 millones de dólares a los que ascendería la reclamación completa del organismo fiscal estadounidense, por los 15 años siguientes a 2009.
El grupo con sede en Atlanta sostiene que la cifra reclamada responde a las cantidades que el IRS defiende que la empresa debía haber gravado a compañías extranjeras por la fabricación, distribución, venta y promoción de sus artículos. Coca Cola asegura que ha seguido la misma metodología de precios para esas licencias desde1996, una estructura que habría sido acordada con el IRS.
«Coca-Cola cree firmemente que el IRS y el Tribunal Fiscal malinterpretaron y aplicaron incorrectamente las normas aplicables involucradas en el caso y defenderá enérgicamente su posición en la apelación», ha informado la compañía, que tiene 90 días para acudir al Tribunal de Apelaciones.
La multinacional creada a finales del siglo XIX ha comunicado, entre el miércoles y el jueves, al regulador del mercado estadounidense, la SEC, la colocación de bonos en el mercado. (finanzas.com)
Coca-Cola ha llevado a cabo dos emisiones de deuda a largo plazo para afrontar el pago de una reclamación fiscal por parte del IRS, la Agencia Tributaria de Estados Unidos, que le ha reclamado 6.000 millones de dólares (5.493 millones de euros) por impuestos no abonados e intereses de demora. Para afrontar estos pagos, la compañía ha recurrido, en una de las emisiones, al mercado de bonos en euros, también conocido como reverse Yankee. (eleconomista.es)
La operación de colocación ha sido un éxito y la acción no abandona su subida libre mientras no perfores los 67 dólares. Eso si veremos como absorve su estructura de pasivo la emisión de estos bonos corporativos a largo plazo, mientras los resultados aguanten todo bien, y más si los tipos bajan tal endeudamiento será más asumible.