A mediados de noviembre, los inversores empiezan a pensar en estrategias fiscales de fin de año para optimizar sus carteras. La recolección de pérdidas fiscales es una estrategia en la que los inversores venden activos cuyo valor ha disminuido para obtener una pérdida. Esta pérdida puede utilizarse para compensar las ganancias de otras inversiones, lo que puede ayudar a reducir su factura fiscal general. Con el auge de las tecnologías financieras y la reducción de los costes de negociación, la recolección de pérdidas fiscales se está volviendo más común. Si esta estrategia es lo suficientemente frecuente, deberíamos poder detectarla en los datos. Y si podemos hacerlo, podríamos utilizar esa información para ayudarnos con nuestras operaciones.
A continuación, se incluye una lista de acciones del S&P 500 que han caído un 25 % o más en lo que va de año. Según el análisis anterior, estas acciones tienen una mayor probabilidad de tener un rendimiento inferior al esperado durante el resto del año. Si quisiera comprar una de estas acciones que han caído, podría esperar hasta después del año nuevo. Si quisiera venderlas, tal vez para recuperar mis pérdidas fiscales, ahora sería el momento de hacerlo antes de que caigan más. Para los operadores de opciones, este podría ser un factor (aunque esperemos que no el único) para comprar una opción de venta. Además, hay que tener en cuenta otras variables. Por ejemplo, si una acción paga un dividendo saludable, los inversores pueden mantenerla para obtener ingresos, lo que hace que sea menos probable que se venda a efectos fiscales.
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