La tokenización de activos, impulsada por la nueva regulación europea sobre tecnología de registro descentralizado (DLT), está transformando la economía global al digitalizar activos tradicionales y permitir transacciones sin intermediarios. Aunque este marco busca fomentar la innovación financiera, mejorar el acceso a los mercados de capital y promover la seguridad, plantea riesgos significativos como la centralización encubierta, la pérdida de privacidad y el control gubernamental sobre la economía digital. Además, la tokenización de recursos naturales podría abrir la puerta a la privatización de bienes comunes y al desplazamiento de las criptomonedas descentralizadas como Bitcoin, preparando el camino hacia un modelo financiero basado en monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDCs). Este cambio representa una revolución potencialmente beneficiosa, pero también alarmante, que podría redefinir las dinámicas de poder económico y la soberanía de las naciones.
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