La tasa de fertilidad mundial y su impacto económico

La tasa de fertilidad global ha disminuido drásticamente en las últimas décadas, pasando de un promedio de cinco hijos por mujer en 1950 a 2,3 hijos en 2023. Esto refleja una reducción de más del 50% en el número de hijos que las mujeres tienen en comparación con hace 75 años.

Este cambio demográfico tiene importantes repercusiones en la economía mundial. Una de las principales consecuencias es el envejecimiento de la población, que puede plantear problemas a los sistemas de pensiones y de asistencia sanitaria, que dependen de una población activa suficiente para mantener a los adultos mayores. Con menos trabajadores cotizando al sistema, la presión sobre los recursos públicos y privados aumenta considerablemente.

Además, los países con tasas de fertilidad muy bajas corren el riesgo de que disminuya su población activa, lo que puede afectar a la productividad y al crecimiento económico a largo plazo. Para contrarrestar este efecto, algunas economías recurren a estrategias como el fomento de la inmigración o el aumento de la automatización en los sectores laborales.

En un contexto global, el descenso de la fecundidad crea desigualdades entre regiones. Mientras algunas naciones se enfrentan al reto de mantener una población envejecida, otras siguen lidiando con tasas de natalidad más altas que obstaculizan el desarrollo económico debido a la presión sobre los recursos disponibles.

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