
«Querer medir la economía en tiempo real tiene sus peligros. Que se lo digan a los inversores de EEUU cuando hace unos días, de repente, se encontraron con que el indicador GDPNow que elabora la Reserva Federal de Atlanta, una especie de ‘PIB en directo’, registraba un inesperado boquete en su previsión para el primer trimestre de este año. Si las agresivas políticas de Donald Trump ya están minando la confianza y han devuelto un posible escenario de recesión al debate, el batacazo de este indicador azuzó aún más el miedo. Todos los los temores se posaron sobre el pilar de la economía norteamericana, un consumo privado (un 70% de la misma) que ha empezado el año tan frío como el clima. Sin embargo, pronto se vio de que había un cierto ‘espejismo’ en los datos y que el culpable de este ‘crimen’ casi perfecto no era otro que el oro.
Explicado de la forma más resumida posible. El indicador GDPNow concede un importante peso a las importaciones, que lógicamente lastran al PIB en contraposición a las exportaciones (lo que se compra de fuera frente a lo que se produce en el país y se vende fuera). Aunque en un principio se pensó que el crecimiento de las importaciones se debía a que los importadores estaban comprando masivamente antes de que entrasen en juego los aranceles comerciales de Trump, la realidad es que esto no fue así del todo. El motor sí fue en parte el temor a los aranceles, pero las importaciones que dejaron ojiplático al personal fueron las de oro, por así decirlo, ‘especulativo’.»
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Dos gráficos a tener en cuenta:
El amarillo metal no supera los 3000 dólares por el momento, el amarillo metal está en máximos y no dudamos ver en marzo los 3000 dólares en una nueva subida libre con estas dudas sobre la renta variable en particular y sobre la economía en general: