Fuente: BANCO DE ESPAÑA
Los bancos centrales fueron concebidos inicialmente como bancos privados encargados de financiar al Estado y de poner en circulación el dinero fiduciario.
La relación entre el dinero y los precios
La denominada Teoría Cuantitativa establece que, a largo plazo, existe una relación proporcional entre la cantidad de dinero y el nivel de precios de la economía. En términos matemáticos, la teoría se resume en la siguiente formulación:
M V = P Y
Esto es: el valor de todos los bienes y servicios producidos en un país en un período de tiempo (la cantidad producida de bienes, Y, multiplicada por su precio, P;) es igual a la cantidad de dinero, M, multiplicado por la velocidad de circulación del dinero, V, que es el número de veces que, como media, es utilizado el dinero en un país en dicho período de tiempo. A largo plazo, V e Y vienen determinados por factores “reales” (tecnología, población, etc.) que no dependen de M, de modo que un aumento (disminución) de la cantidad de dinero se traduciría en un aumento (disminución) proporcional del nivel de precios.
Para ilustrar esta teoría, veamos un ejemplo con dinero-mercancía, que narra la experiencia de R.A.Radford, economista y oficial del ejército inglés, en un campo de concentración alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
En el campo de concentración había oficiales prisioneros, cada uno con sus preferencias, que recibían un lote de bienes, proporcionado por la Cruz Roja e idéntico para todos, que contenía: leche, chocolates, azúcar, cigarrillos, artículos de aseo, etc. Con el tiempo, la existencia de distintas preferencias de consumo hizo que apareciera el intercambio en forma de trueque.
Posteriormente, según se fue organizando el campo, los cigarrillos adquirieron el papel de dinero, lo que hemos denominado dinero mercancía. Así el comercio mejoró en el campo y los individuos ahorraban guardando cigarrillos (nótese que los no fumadores también deseaban poseer ese bien). En este contexto, se registraba la relación que hemos mencionado anteriormente entre dinero y precios:
Cuando llegaban cargamentos de cigarrillos, aparecía un proceso de aumento de los precios del resto de los bienes, expresados en cigarrillos. Lo que pasaba es que al haber más cigarrillos, el valor de estos disminuía en términos del resto de bienes y por eso eran necesarios un mayor número de cigarros para comprar un mismo bien.
Cuando había escasez de cigarrillos, aparecía un proceso de disminución de los precios del resto de los bienes, expresados en cigarrillos. Al haber menos cigarrillos, el valor de estos aumentaba en términos del resto de bienes y por eso eran necesarios un menor número de cigarros para comprar un mismo bien.
Esta teoría es aceptada por la mayoría de los economistas como una teoría que se cumple en el medio y largo plazo. En el corto plazo, la relación es más compleja dado que el público no sólo desea mantener dinero para realizar gasto (demanda de dinero por “motivo transacciones”) sino que también demanda dinero como depósito de valor (“motivo precaución y especulación”).
Hoy día, los bancos centrales mantienen el privilegio de emitir billetes en régimen de monopolio y, además, tienen encomendadas otras funciones entre las que destaca la conducción de la política monetaria con el objetivo de lograr la estabilidad de precios. Además, los bancos centrales contribuyen al mantenimiento de la estabilidad financiera y velan por el funcionamiento del sistema de pagos.
La política monetaria es la acción de las autoridades monetarias encaminada a controlar los tipos de interés y a través de ellos influir sobre la demanda agregada, el dinero en circulación y el crédito y, en última instancia, la evolución de los precios.
En nuestro caso el Banco de España ha sido, desde 1874, el único que ha tenido el privilegio de emitir billetes en España, obteniendo con ello unos ingresos monetarios (lo que se conoce como señoreaje). Hoy en día son el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales de los países integrados en el área del euro (denominados “Eurosistema”) los que tienen el derecho exclusivo de la emisión de billetes en euros. El Banco de España, como Banco Central Nacional del Eurosistema, emite billetes en euros en España bajo la autorización del Banco Central Europeo (BCE).
El Banco de España también es el responsable de poner en circulación la moneda metálica 1 si bien requiere la aprobación del BCE en cuanto al volumen de emisión.
El ejercicio de esta actividad tiene su reflejo en el balance de un banco central, que es un estado contable que contiene una serie de partidas en su activo y su pasivo propias de las funciones que realiza. Así, en el activo aparecen los bienes y derechos que tiene frente al sector exterior, al sector público y frente al sistema crediticio (el resto de bancos de la economía, los denominados bancos privados o comerciales) y, en el pasivo, figuran los billetes que pone en circulación y los denominados “activos de caja” del sistema bancario, que son los activos que mantienen los bancos comerciales en el banco central básicamente en forma de depósitos. Por tanto, de forma simplificada lo podríamos representar de la siguiente manera:
Activo | Pasivo |
---|---|
Préstamos a entidades de crédito | Billetes |
Préstamos al sector público | Depósitos de los bancos comerciales |
Préstamos al sector exterior |
En el balance de un banco central se ve reflejada la ejecución de la política monetaria. En general, los bancos comerciales o entidades de crédito mantienen una posición deudora con el banco central, es decir, necesitan pedirle fondos prestados. De esta manera, cuando un banco central suministra dinero a los bancos comerciales que lo necesitan, se lo presta a un tipo de interés denominado ‘Tipo de Intervención’ que se fija en el nivel que considera compatible con sus objetivos de política monetaria.
Pero,
¿cuál es el instrumento por el que influye sobre las decisiones finales de los agentes?
Pues los tipos de interés que los bancos comerciales ofrecen a sus clientes.
El canal de transmisión fundamental de la política monetaria es el que opera a través del impacto de los movimientos en el ‘Tipo de Intervención’, también denominado tipo de interés oficial, sobre los tipos de interés que los bancos ofrecen a las familias y a las empresas. Así, movimientos en los tipos oficiales se trasladan, por un lado, a la rentabilidad que reciben las familias y empresas ahorradoras y, por otro, al coste de los créditos que han de soportar aquellos que piden prestado (prestatarios). Nótese que éstos son los tipos de interés relevantes para las decisiones de gasto de las empresas (básicamente decisiones de inversión) y las familias (decisiones de consumo y de inversión en vivienda)2 así como para sus decisiones de ahorro.
Obviamente todo este proceso lleva un tiempo y existen ciertos retardos relativamente largos y variables desde que un movimiento de tipos de interés de un banco central se acaba manifestando en la economía. En este sentido, en el corto plazo se verán afectadas las variables reales de la economía –por ejemplo, el consumo y la inversión- así como, según vaya variando la demanda de estos bienes de consumo e inversión, los precios.
Por ejemplo, imagine cómo va a afectar una política monetaria expansiva (es decir, una reducción de los tipos de interés) a un individuo ahorrador. Ante la reducción de los tipos de interés de sus activos financieros (por ejemplo de sus cuentas corrientes), recibirá menos intereses por sus ahorros, lo que provocará un menor incentivo a ahorrar y mayor a consumir. Esto a su vez inducirá al individuo a demandar una mayor cantidad de bienes de consumo, por ejemplo, se comprará un automóvil nuevo o renovará su vivienda. Este efecto se observará en el corto plazo y en el medio plazo, según aumenten las presiones de demanda de bienes de consumo, también afectará a los precios.
Veamos ahora el efecto de una política monetaria expansiva sobre los individuos potencialmente prestatarios (los que piden prestado). Nótese que las empresas y las familias habitualmente toman dinero prestado para financiar gran parte de su gasto en bienes de consumo y de inversión. Por tanto, el cambio en la disponibilidad y en las condiciones de crédito va a influir en la demanda de bienes de la economía. Así, imagine un individuo que desea comprar un automóvil o una vivienda y ha de financiarlo mediante la petición de un préstamo en un banco. Ante una reducción de los tipos de interés dicho individuo podrá obtener créditos a MENOR COSTE, de tal forma que habrá un incentivo a aumentar la cantidad de dinero que piden prestada. Esto por tanto le inducirá a consumir más con lo que aumenta la demanda de bienes de consumo de la economía en el corto plazo.
Nótese además que, ante una reducción de los tipos de interés, aquellos individuos que ya tenían un crédito en su haber liberarán parte de la renta con la que hacían frente a ese préstamo, por ejemplo un hipotecario, que podrán dedicar al consumo de otros bienes.
Finalmente, hay un efecto adicional vía demanda externa, puesto que una política monetaria expansiva producirá una depreciación de nuestra moneda frente al resto. Nótese que ante una reducción de los tipos de interés, nuestros activos financieros se harán menos atractivos, de tal forma que aquellos individuos que tenían su dinero invertido en nuestros activos los venderán para comprar activos financieros de otros países en los que no ha variado el tipo de interés. En el ejercicio de esta actividad venderán nuestra moneda para comprar moneda extranjera, lo que determinará que nuestra moneda se deprecie frente al resto (aumenta la oferta de nuestra moneda y la demanda del resto). Así, nuestras importaciones se encarecerán y nuestras exportaciones se abaratarán. A partir de esta situación va a haber dos canales que van a afectar a los precios. En primer lugar, el nivel general de los precios de nuestra economía va a aumentar vía el incremento experimentado por los precios de los bienes importados que forman parte de la cesta de bienes de consumo representativa en el cálculo del IPC. En segundo lugar, el abaratamiento de las exportaciones animará a los no residentes a consumir más, con lo que aumentará la demanda de nuestros bienes de consumo en el corto plazo y, en el medio y largo plazo, con tiempo suficiente, se acabará trasladando a precios.
De esta manera, como acabamos de comentar, en el corto plazo, la política monetaria mediante el manejo de los tipos de interés a muy corto plazo, e implícitamente de la cantidad de dinero, va a influir sobre la demanda total de bienes y servicios y sobre los precios de la economía. Sin embargo, en el largo plazo su influencia será básicamente sobre los precios.
Siguiendo con el ejemplo anterior, una vez que la reducción de los tipos de interés de la economía ha generado un aumento de la demanda de bienes de consumo en el corto plazo, según aumente la cantidad de bienes demandada por los individuos de la economía, los empresarios comenzarán a aumentar los precios de los bienes que venden, trasladándose finalmente todo el efecto a precios.
(1) La moneda metálica es acuñada por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que la deposita en el Banco de España para su puesta en circulación.
(2) Generalmente, los estudios disponibles muestran que la transmisión de los tipos de interés es relativamente rápida en todos los países
1. La independencia de un Banco Central
La independencia de un banco central se produce cuando, por ley, la política monetaria no es tarea del gobierno, sino que está delegada en el banco central, que actúa de forma autónoma.
En nuestro caso, desde la creación del euro, el BCE, cuyo objetivo último es la estabilidad de precios, es independiente de las instituciones europeas (Parlamento Europeo y Comisión Europea), de los gobiernos nacionales y de los propios bancos centrales de cada país.
Igualmente, el Banco de España dispone de una Ley de Autonomía en sus funciones como Banco Central Nacional, respetando las funciones que emanan de su integración en el SEBC3. Así, la Ley de Autonomía otorga al Banco de España el desempeño de una serie de funciones como, por ejemplo, la posesión y gestión de las reservas de divisas y metales preciosos no transferidas al Banco Central Europeo, la promoción del buen funcionamiento y estabilidad del sistema financiero y de los sistemas de pagos nacionales, la supervisión de las entidades de crédito o bancos comerciales y otras entidades, la puesta en circulación la moneda metálica, la elaboración de estadísticas relacionadas con sus funciones, la prestación de servicios de Tesorería y agente financiero de la Deuda Pública y una labor de asesoramiento al gobierno mediante estudios que resulten procedentes.
Los argumentos para establecer la independencia de los bancos centrales se encuentran muy vinculados a la necesidad de que el objetivo inflacionista del banco central tenga credibilidad. Si se tiene en cuenta que en la formación de los precios ocupan un papel fundamental las expectativas de los individuos, si éstos confían en la orientación de la política monetaria hacia el mantenimiento de la estabilidad de precios, ésta será más fácilmente alcanzable. En concreto, si el banco central tiene credibilidad le será más fácil reducir la inflación que si no la tiene.
Con la independencia de los bancos centrales se pretende:
- Evitar la tentación de que los gobiernos financien los desequilibrios presupuestarios de forma no ortodoxa creando inflación, en lugar de hacerlo mediante la recaudación de impuestos, que claramente es menos “popular”.
- Evitar la tentación de que los gobiernos utilicen la política monetaria para influir en el resultado electoral (los votos a favor del gobierno actual dependen de la situación económica existente en el momento en que se convocan las elecciones), adoptando medidas expansivas justo antes de las elecciones para estimular la producción sabiendo que sus efectos adversos sobre los precios sólo se manifestarán con posterioridad. Ello puede acabar provocando pérdida de credibilidad del banco central y, a la larga, una mayor tasa de inflación que la deseada.
- Cuando el logro del objetivo de la estabilidad de precios requiera sacrificios, los gobiernos pueden verse tentados a no realizarlos por ser medidas poco populares. Los bancos centrales independientes son ajenos a esta problemática.
(3) El SEBC son las siglas del denominado ‘Sistema Europeo de Bancos Centrales’ que está formado por el BCE y los bancos centrales nacionales de los países miembros de la UE, con independencia de que hayan adoptado el euro o no.