Expansión.com Mientras que el análisis técnico de la Teoría del Dow apunta a que hay que comprar, los indicadores adelantados alertan de la debilidad de la situación económica. Los analistas están divididos.
Los resultados de las pruebas de estrés de la banca, la relajación en los mercados de deuda, los últimos datos macroeconómicos europeos y la mayoría de las compañías superando las previsiones de beneficios han provocado un rally bursátil en las últimas sesiones. Sin embargo, los analistas están divididos, como publica el semanario de inversión Barron’s.
Los indicadores técnicos del mercado de valores han comenzado a darse la vuelta y a transformarse en positivos. Lo mismo ocurre con los principales índices bursátiles, que se han situado por encima de sus medias móviles de 200 días. La Teoría del Dow (la teoría de análisis técnico más antigua y que se fija en los máximos del índice del sector del transporte), dio señales de compra con los sectores de industriales y transporte cerrando el lunes sobre los máximos de junio.
Barron’s recoge que Richard Russell, octogenario editor de las Dow Theory Letters, dijo a sus suscriptores que no esperaba una señal de compra, pero que deberían comprar un ETF que replica el Dow Jones de industriales “para participar de la diversión”. Sin embargo, el propio Rusell reconocía que “por su situación financiera y su edad, no sentía la necesidad de jugar a una subida del mercado, a pesar de la señal alcista de la Teoría del Dow. De hecho, en esta etapa de mi vida, el riesgo versus la rentabilidad juega un papel muy importante en mi toma de decisiones”.
Su posición coincide con la de Louise Yamada, decana de los analistas, que en la misma publicación aseguraba poco antes que “lo primero es proteger el capital” y que hay dos clases de pérdidas: las de oportunidad (por quedarte fuera de un rally) y las de capital. En su opinión, siempre hay otras oportunidades en el futuro, pero si pierdes capital, no podrás aprovecharte de ellas.
De hecho, uno de los más reputados analistas fundamentales insta a los inversores a resistir a las crecientes llamadas de los alcistas. Para Albert Edwards, de Société Générale, las economías occidentales han entrado en una “Edad del hielo” de estancamiento y deflación, tal y como le ocurrió a Japón hace una década.
Edwars cree que el optimismo de los analistas es superior a la situación de debilidad económica que se atraviesa y a los indicadores adelantados. En su opinión, el crecimiento real del PIB del 4% fue impulsado por el final de la liquidación de inventarios y contrasta con el repunte inferior al 2% de las ventas finales. Y eso con el mayor estímulo de la historia en tiempos de paz. “No hace falta ser un genio para saber que cuando el estímulo termine, vamos a ver una caída en el crecimiento del PIB”.
Algunos son más radicales, como Harry Truman: “Mi previsiones no puede ser más claras. Podrán ser equivocadas, pero al menos son claras. La rentabilidad de los bonos a diez años seguirá por debajo del 2% y la renta variable caerá por debajo de los mínimos de marzo de 2009”, recoge Barron’s.
Siempre queda la opción de intentar aprovechar los vaivenes de los mercados. Sólo hay que saber bajarse a tiempo.