Antonio A. García Rivero – Artículo de opinión
Este fin de semana el surrealismo sindical de un colectivo profesional, las leyes obsoletas del Derecho del trabajo, un Gobierno agonizante y una sociedad civil indefensa han confluido en una tormenta perfecta que ha logrado confinar y secuestrar en todas las terminales aeroportuarias de España a miles de ciudadanos en el puente festivo más importante del año.
Los Controladores Aéreos que tienen como norma, uso y costumbre reivindicar sus derechos laborales y reclamaciones síndico-profesionales cuando más daño hacen al Gobierno y empresa que les paga AENA utilizando para ello a los usuarios en sus momentos de mayor tráfico (navidades, semana santa y agosto) ya que sirven de amplificador ideal para ejercer una presión extra.
Un servidor no va a quitar ni dar razones a nadie porque la hondura de este problema endémico y paroxístico español es insondable, pero lo que no puede ser no puede ser y el lunes se debe ejercitar sobre el colectivo una mega-demanda judicial político-civil a través de instancias internacionales de la navegación aérea, el Estado , los Organismos Públicos locales y las plataformas de consumo.
El objeto de esta demanda pasaría por exigir a cada uno de los Controladores Aéreos de cada una de las Torres la indemnización por daños y perjuicios ocasionados por una acción decidida con carácter inmediato (huelga salvaje para entendernos) sin ningún tipo de consideración, ni aviso, de forma expeditiva e inapelable haciendo dejación del control de todo el tráfico aéreo nacional e internacional en la cobertura espacial que corresponde a cada aeropuerto.
Si los Señores Controladores Aéreos estiman (que nadie dice que no tengan razón) que están siendo vejados sistemáticamente por los Gobierno de turno y que están bajo una esclavitud horaria sin parangón en colectivos similares en Europa, muy bien, que preavisen de una huelga o dimitan en las condiciones que establece la Ley de sus puestos y funciones poniendo su cargo disposición de la empresa como todo español, muchos trabajan mil horas y no llegan a mil euros al mes y no dejan a sus empresas y clientes a su suerte tirados.
Lo que no puede hacer un individuo de estos y ya mucho menos una plantilla nacional completa es tomarse la justicia por su mano, y reitero, aún teniendo razón, si es que la razón en este caso es instranscendente, lo principal, lo verdaderamente importante es que el espacio áereo español ha quedado fuera de control 24 horas y eso no hay motivo que lo pueda justificar, ninguno, mas que por imperativo natural o de defensa nacional.
Niños y personas mayores emboscadas y desamparadas a su suerte sin saber ni cuando, ni como, ni donde van a poder viajar, vacaciones rotas, trasbordos perdidos, reservas hoteleras canceladas, centros y zonas turísticas que van a ver mermados sus ingresos, ilusiones condenadas a la resignación, enfermos que no se han podido desplazar a Madrid y Barcelona para ser intervenidos quirúrgicamente, Canarias y Baleares aisladas, vamos no sigo por lo patético de los casos vistos, vividos y padecidos por los afectados son dantescos o muy penosos.
Que un Gobierno monte un gabinete de crisis, que Interior movilice a la Policía, que Protección Civil tenga que dar colchones y bocadillos, que Defensa tenga que implantar una alerta nacional que hacía décadas que no se vivía, que se tengan que decretar medidas “ad hoc”, que tengamos que pasar una vergüenza inmensa ante el mundo exterior, que ataques de ansiedad y nervios de los pasajes abortados, es que esto no es de recibo tome por donde se tome.
Lo sucedido en España este fin de semana es tan indignante para todos los órdenes de la gestión pública que el castigo debe ser ejemplar para que no vuelva a suceder lo mismo ni en este colectivo ni en otro que por su grado de vitalidad les permita abusar de su posición frente a la Ciudadanía que no puede decidir.
Cada Controlador le debería ser descontado de su sueldo el prorrateo del total de los daños y perjuicios causados a cada da pasajero y que debería anticipar AENA como responsable civil subsidiario, sea tal deuda a descontar durante d 15, 20 o 30 años, y si el Controlador no cumpliese con tal pago recayese sobre él el peso de la Ley al igual que un ciudadano si no paga una sanción o su hipoteca, vamos que incluso pueda o deba ingresar en prisión.
¿Duro , excesivo, abusivo este castigo? ¿ Y si viendo esta impunidad de unos y la pasividad de otros mañana son los médicos quienes abandonan los hospitales so pretexto de sus problemas con la Seguridad Social? ¿Y si hacen lo mismo los Profesores? ¿Y los funcionarios de esto o de lo otro? ¿Y si los Policías se van a casa mañana y no van a trabajar? Ellos verían con buenos ojos que si unos abusando de su situación de poder pueden conseguir logros a costa, todos estos también.
Pues no, repito aún teniendo la razón los Controladores Aéreos en los argumentos que exponen, no se atiene a Derecho y Ley lo que han hecho con decenas de miles de personas por lo tanto deben ser castigados por ello, como lo habría sido usted o yo si por creer que trabajamos mucho o estamos mal pagados o tenemos unas condiciones vejatorias en vez de avisar a nuestra empresa cogemos y nos vamos a casa sin ni siquiera presentar nuestra dimisión.
Hoy AENA o FOMENTO debería elaborar un expediente administrativo a cada Controlador explicándole que la acción por él realizada va a tener una sanción según Ley y Derecho y que tras un proceso de cuantificación de daños y perjuicios se le prorrateará la cantidad que resulte la cual se descontará de su nómina mensual durante X años, y que de presentar su dimisión de cargo y funciones, la deuda irá contra sus bienes presentes y futuros y si no los hubiere el Controlador ingresará en prisión.
Porque en un Estado de Derecho una cosa es tener razón y otra tomarse la justicia por nuestra mano, y esto que ha sucedido este fin de semana no puede volver a suceder jamás.