Kike Vázquez 23/01/2012 06:00h
Partamos de cero. Imaginemos una economía sin deuda de ningún tipo en la cual se instala un potente sistema financiero, “contraiga hoy su obligación y no pague hasta el año que viene” anuncian. Esa economía tendría un boom económico, los empresarios sacarían más rentabilidad a sus inversiones, podrían realizarse muchos proyectos que de otra forma serían inviables, y en general cualquier idea productiva que generase una mayor riqueza futura tendría financiación con su consiguiente crecimiento en el PIB del lugar. Mayores beneficios, mayor innovación, mayores sueldos. Todo va bien. El sistema no muestra su lado amargo hasta que la capacidad de generar rendimientos presentes para pagar la carga de la deuda contraída mengua. Fin de ciclo. Es ahí cuando se toca techo y cuando hay que, o reducir las obligaciones o aumentar la productividad o un “mix” de ambas. Y lo que antes era maravilloso, a lo que antes llamaban “círculo virtuoso”, ahora evoca sudor y lágrimas.
La semana pasada se llevo a cabo el “2012 Barron’s Roundtable”, una reunión en donde algunas de las voces más importantes del panorama financiero se dan cita y comentan ciertas ideas de inversión. Siento no darles empresas fantásticas en las que invertir, la conversación fue por otros derroteros como habrán intuido por el principio del artículo. Aquí pueden encontrar una transcripción que les recomiendo leer. Comencemos por Bill Gross.
http://www.cotizalia.com/opinion/perlas-kike-vazquez/2012/01/23/la-decada-perdida-de-occidente-6538/