En concreto, Hacienda explica que, en el marco de este plan, se hará «especial hincapié» en las conductas fraudulentas que generan «alarma social». En este contexto, perseguirá el empleo de facturas falsas para reducir el pago de impuestos y los «entramados» societarios de los que se sirven profesionales, artistas y deportistas «para deducirse, indebidamente, sus gastos particulares».
También será prioritaria la desarticulación de circuitos de economía sumergida, que tendrán como objeto central el control integral de las importaciones y venta de mercancías procedentes de terceros países, especialmente de Asia, así como el descubrimiento de arrendamientos no declarados de viviendas y locales de negocio.
Asimismo, según una resolución de la Agencia Tributaria publicada este jueves en el Boletín Oficial del Estado (BOE), los inspectores «pondrán el máximo empeño» en hacer aflorar rentas ocultas en paraísos fiscales. Dentro de la lucha contra el contrabando y el blanqueo de capitales, será prioritaria la persecución del contrabando de cigarrillos que, según Hacienda, experimenta actualmente un «importante incremento» debido, entre otros factores, a la crisis económica.
De acuerdo con este plan y para que la labor de la lucha contra el fraude no sea inútil, la Agencia Tributaria volcará sus esfuerzos en lograr que las deudas tributarias sean ingresadas en las arcas públicas. «La Agencia Tributaria está llamada a cumplir un importante papel en el proceso de consolidación fiscal, necesario para sentar las bases de un crecimiento económico sólido y estable, procurando mayores ingresos tributarios», se dice en el plan.
Para ello, la Agencia se propone aprovechar «al máximo» las posibilidades legales del embargo preventivo de bienes y derechos y las de aplicación de medidas de aseguramiento del pago de las responsabilidades derivadas del delito fiscal, «llegando incluso a solicitar el ingreso en prisión de quienes incumplan sus obligaciones de pago sin ser insolventes», y las dirigidas al especial seguimiento de la situación patrimonial de los deudores que, de forma recurrente, no pagan sus deudas.
El plan de prevención del fraude fiscal operará en tres ámbitos: la intensificación en el lucha contra los incumplimientos tributarios, la mejora del control en la fase recaudatoria y la colaboración de la Agencia Tributaria con los organismos fiscales de las comunidades autónomas y la Seguridad Social.
El nuevo plan de control tributario facilitará también a los contribuyentes el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, y se pedirá información fiscal a los países que antes eran considerados paraísos fiscales, como Andorra, Panamá, Bahamas y las Antillas holandesas, al tiempo que se impulsará la firma de nuevos convenios para la erradicación de otros paraísos fiscales.
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