Se redobla la presión germana
Pero también hay una segunda explicación: una presión redoblada desde Alemania en los últimos días sobre los excesivos riesgos que está tomando el BCE para combatir la crisis de la deuda europea. Y ya no son amenazas veladas e inconcretas. Vienen por escrito, como demuestra la carta del presidente del Bundesbank, el banco central germano, clamando contra la relajación de las garantías que deben aportar los bancos para participar en las subastas, o las declaraciones a periódicos alemanes del dimisionario ex economista jefe del BCE alertando contra la salud de las finanzas del supervisor europeo.
Y eso, con un balance que se ha disparado a niveles históricos y que ha superado por primera vez los tres billones de euros, es difícil de ignorar para el BCE.
Este crecimiento de los recursos en manos del BCE no es una sorpresa para nadie. Dos subastas multimillonarias, que suman más de un billón de euros concedidos a la banca europea, no podían provocar un efecto muy distinto. Pero lo que se cuestiona, sobre todo, es la calidad de ese balance, lleno de las garantías que los bancos han dejado como aval de la liquidez que han tomado y con deuda que se cambia de plazos cortos a los más largos. Si ya en la primera subasta provocó dudas, muchas más se alzaron cuando el BCE abrió la mano para que se relajaran las contrapartidas en la segunda barra libre a tres años y dio más libertad a los bancos centrales nacionales para aceptar casi cualquier cosa.
fuente: cincodias.com