¡¡Volvemos a los 400 ¡¡

Lo llevamos diciendo días España gana muchos enteros para ser la primera «gran» Economía en quebrar, Occidente nos ha colgado del cuello un sanbenito con un cencerro y nuestro devenir bursátil no es más que su tañir a cada hora de cotización que pasa.

Quien lo quiera ver rosa que lo vea, que esto es pasajero, que ya saldremos, que todo dentro de poco girará, que esto no es más que los últimos latigazos de nuestra crisis y que los cimientos para salir de ella ya están puestos ¡¡ quien va a decir que no ¡¡

Pero también con toda la razón del mundo otros lo pueden ver todo negro, que seremos los siguientes en ver nuestra Economía destrozada, nuestro mercado desvencijado, nuestros sectores productivos quebrados, nuestra Caja vacía, nuestro estado del bienestar sin funcionar, nuestra calidad de vida en el suelo y por supuesto sumergidos en el caos social.

Como siempre nosotros pensamos que por el medio es por donde la realidad ha de manifestarse, es decir podemos pasarlas «muy putas» este año pero que España es un país desarrollado y que sus resortes político-económicos aunque se lleven a la máxima presión aguantarán, no somos ni Grecia ni Portugal ni tampoco una república bananera.

Pero que vamos a tener que pagar y purgar bastante más que hasta lo ahora visto me parece que sí, Bruselas e instituciones supranacionales van a proseguir pidiendo a España más y más esfuerzos, más y más podas, más y más reformas para que nuestra maquinaria económica no encuentre obstáculo en el camino.

Si la Sociedad española ya está chillando y saliendo a la calle por los «recortes más obvios y necesarios» imaginaos cuando empiecen a fallar sueldos de funcionarios en CCAA, amenaza con rescindir subsidios, recortes de pensiones y eliminación directa de servicios sociales, en Grecia también decían que las pensiones y prestaciones  eran intocables  y les están metiendo tijera todos los meses casi.

Es decir, quiero imaginar que no llegaremos al caos pero me parece totalmente realista asumir que tenemos que prepararnos para un escenario económico-social «muy negro» solo equiparable a la crisis del petróleo y a la España de la posguerra, lo que pasa es que en los cincuenta ni en los setente  no habíamos conocido el estado del bienestar, habiéndolo gozado será más duro volver atrás.

 

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