Naturalmente, no voy a negar la responsabilidad de los socialistas respecto a la dramática situación que padecemos, incluido el hecho de que el déficit público haya sido dos puntos superior al comprometido; pero que uno no sea el causante de un problema no le exime de ser el responsable de haberle dado una mala solución.
En este sentido, ¿tienen la culpa los socialistas de que Rajoy no compareciese ante las cámaras de televisión para anunciarnos, con la gravedad y solemnidad precisas, que el Gobierno de Zapatero ha dejado un agujero mayor que el que había anunciado y comprometido? ¿Tienen la culpa los socialistas de que Rajoy no haya anunciado que el recorte del gasto público, que el PP ya tenía previsto, se tenía que aumentar, por este hecho, en 6.200 millones de euros? ¿Es culpa de los socialistas que, en lugar de hacer eso, Rajoy se ocultase y enviase a unos patéticos Sáenz de Santa María, De Guindos y Montoro a decirnos, desconsolados, que ese desvío en el déficit se iba afrontar, no con una superior reducción del gasto de las administraciones públicas, sino con un aumento de los impuestos?
¿Son culpables los socialistas de que Rajoy haya preferido subir los impuestos antes que suprimir despilfarros como los miles de millones de euros que los funcionarios van a seguir dedicando a la llamada «cooperación al desarrollo», al «fomento y estabilidad de la inserción laboral», a las «transferencias a RTVE» o al «fomento y coordinación de la investigación científica y técnica»? ¿Tienen culpa los socialistas de que Rajoy considere preferible gravar con más impuestos a los únicos que pueden crear empleo antes que impedir a los funcionarios que sigan promocionando con el dinero del contribuyente la «promoción comercial e internacionalización de la empresa», la «explotación minera», la «reconversión y reindustrialización» o el «desarrollo de la economía social y de la responsabilidad social de las empresas»?
¿Tienen los socialistas culpa de que Rajoy prefiera subir impuestos antes que recortar en más de un ridículo 20 por ciento las multimillonarias subvenciones a los sindicatos, patronal y partidos políticos? ¿Tienen la culpa los socialistas de que Rajoy no haya afrontado el problema del déficit por la exclusiva vía de la reducción del gasto, lo que se puede hacer –tal y como Rallo ha demostrado, no con insultos, sino con números– sin recortar en un sólo céntimo las partidas dedicadas a sanidad, educación, pensiones, seguro de desempleo, policía, jueces e intereses de la deuda?
¿Sería algo malo y achacable a los socialistas, por otra parte, que Rajoy se atreviese a aplicar formas de copago que acabasen con el abuso e introdujeran la racionalidad en el consumo de bienes y servicios falsamente llamados «gratuitos»?
Pues si todo esto es culpa de los socialistas, será verdad que los hay a diestra y a siniestra.