Se recortará el gasto de las comunidades autónomas.
Ello supondrá una reducción de duplicidades entre las comunidades y el Estado, una disminución del tamaño del sector público autonómico… En este sentido, las agencias de calificación recelan de la falta de control del déficit de las comunidades autónomas.
Habrá recortes en Sanidad.
Es probable que se extienda el copago, es decir, que se establezca una cuota por cada vez que se acude a la consulta del médico. Además, es previsible que haya más pacientes para cada médico y se asigne un coste por utilizar el servicio de urgencias.
Habrá una reducción del gasto público.
Esto se traduce como una bajada de los salarios y una disminución en el número de empleados públicos.
Se producirá un aumento en la edad de jubilación.
Habrá reformas en el mercado de trabajo.
Se reducirán los salarios en la empresa privada, es probable que disminuya el coste del despido a menos de 20 días por año trabajado (como reclama la Comisión Europea) y se congelen o reduzcan las pensiones.
Disminuirá el número de empresas públicas y se extenderá la política de privatizaciones.
Habrá una contracción de la inversión pública.
Se establecerá una reforma tributaria más restrictiva, con impuestos indirectos más elevados.
A pesar de que el aumento de los impuestos indirectos puede dañar al consumo y al turismo, España tiene el segundo IVA más bajo de la UE, por lo que tiene margen para subirlo. Lo más probable es que se supriman gran parte de los tipos reducidos (el 8% y el 4%) que se aplican a ciertos productos.
Aumentarán las tarifas de la electricidad y de los impuestos especiales.
Se instaurarán los peajes en las autovías.
El copago en el tránsito por carreteras que no son autopistas ya está en funcionamiento en Cataluña y se va a poner en marcha en la Comunidad de Madrid.
Lee la informacion en fuente original: http://www.invertia.com/noticias/consecuencias-rescate-bancario-2714086.htm