Generalmente pensamos que el corazón es el órgano vital por excelencia, sin el cual la vida es imposible, pues simboliza la vida misma. Pero la función del corazón puede ser remplazada por un aparato mecánico, en este caso una especie de «turbina» que bombea la sangre de manera continua sin producir pulso alguno. Esta tecnología, probada ya en vacas (han logrando que éstas vivan de manera natural, comiendo y defecando, todo ello sin corazón -como nuestros politicos, vamos-), fue implantada hace un año en un paciente.
«Si escuchas su pecho con un estetoscopio, no escucharías un latido. Si examinas las arterias, no habría pulso, si lo conectaras a un electrocardiograma mostraría una línea recta. Bajo todos los criterios convencionales que usamos para analizar a los pacientes, está muerto», dice un doctor.
Este extraordinario remplazo total de un órgano por una máquina nos hace pensar en incorporar artefactos tecnológicos al cuerpo humano para mejorar nuestro desempeño. Es posible que en algunos años esto se pueda hacer también con el cerebro, donde podríamos tener una nueva interfaz que nos permita tener una memoria perfecta, mejorar y aumentar nuestro razonamiento, aumentar nuestra inteligencía, etc (ojalá lo pongan en práctica con nuestros políticos, a ver si fuese verdad dichas novedades y las notasemos en nuestra frágil economía con sus nuevas decisiones por tales mejoras).
El excelente video a continuación documenta el trabajo de estos vanguardistas médicos y su exitoso procedimiento dando vida a un hombre sin corazón, aunque lamentablemente se encuentre en la lengua de Shakespeare, sus ilustrativas imágenes muestran la dimensión del asunto.
Heart Stop Beating | Jeremiah Zagar from Focus Forward Films on Vimeo.