Diez Consejos para comer bien de Michael Pollan escrito en su libor SABER COMER de editorial debate
1. Come comida. Cada año aparecen 17.000 nuevos productos en los supermercados. Todos quieren ser devorados pero la mayoría no merece que se les llame alimento. Pollan los llama sustancias comestibles con aspecto alimenticio, mejunjes procesados y derivados muchos de ellos del maíz y de la soja. O con ingredientes como goma xantana, propionato de calcio, sulfato de amonio… Todo producto químico busca alargar la vida del producto y hacer que la comida parezca lo que no es, fresca.
2. Evita productos que contengan más de cinco ingredientes. Ojo, no es lo mismo que una receta con más de cinco ingredientes. Si un niño de primaria no puede pronunciar el nombre del ingrediente, no lo compres. O aquellos que alardean de que son saludables: los productos frescos no presumen de ello. O son o no son.
3. No caer en la trampa del light o bajo en grasa. La campaña para crear versiones bajas en grasas tiene ya más de 40 años de historia. Pollan dice que ha sido un fracaso: hemos seguido engordando a base de productos light. Simplemente, porque quitar la grasa de los alimentos no los convierte en adelgazantes. Es más, muchos alimentos bajos en grasa o desnatados aumentan su dosis de azúcares para compensar la pérdida de sabor. Y recomienda comer la versión auténtica con moderación en vez de hincharse a productos light, repletos de azúcares y sal. Me va a permitir el señor Pollan pero voy a seguir tomándome mi Coca-Cola Zero.
4. Compra los tentempiés en el mercado: fruta, frutos secos… Un plato sano es aquel que incluye diferentes colores, los de las frutas y verduras.
5. Bebe el caldo de las espinacas. No se trata de ser Popeye, pero el agua que se utiliza para hervir las verduras es rica en vitaminas. Sirve para preparar sopa o añadirla a las salsas.
6. Que el animal que te comas haya comido bien. Por ejemplo, que la carne y productos derivados que sean del ganado de pasto. Lo mismo, para otros alimentos, que se hayan cultivado bien y en buenos suelos. Y si es posible, que sean silvestres.
7. Los pescados grasos son ricos: la caballa, la sardina, el boquerón…
8. Toma una copa de vino con la cena. Una copa, no la botella. Reduce el riesgo de problemas cardiovasculares. Y se duerme mejor.
9. Entra en la cocina. Dice Pollan que es la manera de recuperar el control de la dieta. Yo añado que es una manera como otra cualquiera de evadirse. Hay que volver a recuperar el placer de la cocina casera.
10. Sáltate las normas de vez en cuando. Para eso están. Y recuerda que los caprichos son eso, caprichos.
Nota: Solo una consideración a la dedicatoria del autor del libro, que dice: «Para mi madre, que siempre supo que la mantequilla era más sana que la margarina». Y yo añado, mejor que la mantequilla, el aceite de oliva.