En invertiryespecular.com opinamos que ser político, hasta hace bien poco, era una puñetera bicoca, era un lujazo, tener cargo público implicaba un sin número de derechos y privilegios y una sola obligación que durante lustros muchos ni cumplieron, ni dejaron cumplir, que era trabajar para los ciudadanos. Se era político para vivir de la política y servirse de ella, claro, eran tiempos de dinero y bonanza, de descontrol, de lujo y despiporre padre, donde las obras, suministros y servicios al Ayuntamiento, Comunidad o Estado se asignaba por la cuantía de comisiones que dejaban las empresas optantes. Huelgo contar casos y citar a nadie pero que quede claro que NO hago distinciones entre Partidos.
Por primera vez en democracia el sistema político español se enfrenta a un problema global para el que no tiene soluciones inmediatas, pero el problema de quien lo padece es de urgente reparación, es como un señor con ataque al corazón que en la puerta de la clínica le dicen que no hay médico y que vuelva cuando haya uno disponible y que si se quiere quejar que haga la correspondiente reclamación por ventanilla como si fuera la inconformidad por una factura de una operadora telefónica.
Esta feo generalizar por mi parte, cierto, no todo el mundo está en el mismo saco y pido disculpas a los que están limpios, pero claro hay en curso casi dos centenares de casos de corrupción, amén de los casos ya cerrados y condenados, por lo tanto ser político hoy es una profesión de riesgo como la de Policía o Bombero porque la ciudadanía está primero muy nerviosa y luego muy acosada… Y por lo tanto, si no se está dispuesto a correr riesgo, pues oiga, no trabaje usted de político. Yo como no quiero morir en un acto de servicio o quemarme en un incendio, pues no soy o no valgo para policía o bombero, y lo asumo.
La ciudadanía ha tenido que pagar la factura de la mala gestión pública de los dos partidos mayoritarios y la de los nacionalistas según qué Comunidad, ha tenido que pagar con su salud y la educación de sus hijos años y años donde quien tenía que regular no regulaba, quien tenía que supervisar no supervisaba, quien tenía que controlar riesgos los dejaba pasar, quien tenía que dirigir no dirigía, quien tenía que velar por los intereses de los españoles estaba muy ocupado en otras tareas.
Ahora la gente se queda sin casa y ya eso son palabras mayores; la gente se puede quedar sin empleo, sin ingresos corrientes pero que se la eche a la calle, para ver luego su casa cerrada a la espera de que un especulador se la lleve a precio de ganga igual es mucho pedirle a una masa de gente cada vez más grande que no se le da ningún tipo de futuro, hasta tanto no puede llegar el aguante de las personas.
A los políticos les fastidia e indigna que la gente se manifieste a las puertas de su casa ¿pues donde se van a manifestar sin que les den palos? … ¿a las puertas del Congreso? ¿ a las de su Ayuntamiento? ¿en las de la Presidencia del Gobierno de la Comunidad? … por favor… el político vive ya tan fuera de la realidad que cree que quedarse sin casa es como quedarse sin batería en el coche.
El político español no entiende que quedarse sin casa la semana que viene o el mes que viene es una tragedia solo equiparable a la muerte o una enfermedad grave. En el colmo del cinismo, las cabezas visibles de los partidos mayoritarios dicen estar de acuerdo con el “cabreo” nacional por los desahucios, que comprenden el enfado del pueblo, pero eso sí, se pueden hacer las cosas sin violencia y sin ir a sus viviendas a molestarlos, como diciendo «si, de acuerdo, protesten, pero por escrito y en fila de a uno o en voz sin levantar la voz«.
La Sra. Cospedal, experta en Derechos Humanos, dice que manifestarse ante las casas de los políticos es un acto fascista equiparable a lo ocurrido en la Alemania nazi, es que manda narices oiga, entonces, ¿como se llama el acto donde a un ciudadano, o a una unidad familiar se la expulsa de su vivienda por no poder cumplir con el pago de forma fehaciente?, desde luego que existe la obligación de pagar, pero también existe el derecho a trabajar; si un señor no trabaja queriéndolo hacer, el Estado debería ser responsable civil subsidiario y cargar con la responsabilidad de darle techo y manutención, aunque sea en un cuartel y con el rancho de un soldado raso.
Gracias a Dios que existe Cáritas y ONGs cubriendo las miserias y sumideros de este país, si un día estos hicieran huelga de brazos caídos, España se daría verdadera cuenta de realmente como está y todos tendríamos que avergonzarnos, políticos y ciudadanos de cómo hemos permitido llegar a donde estamos llegando.
A la velocidad que está perdiendo su casa la gente, el ratio de indigencia y miseria crecerá exponencialmente; en mi querida Comunidad, el Gobierno Canario ha tenido que abrir los colegios para que los niños asegurasen una comida caliente al día y eso me parece la punta de un iceberg de proporciones brutales, con uno de cada tres canarios parados y sin visos de que trabaje ni a corto ni medio plazo ya me contáis como se queda si también le quitan la casa por no poder pagarla.
En fin, que nosotros no sólo es que estémos de acuerdo con los “escraches” a políticos y cargos públicos, creo que además que hay que ampliarlos a Ejecutivos y directores de la Banca por cómplices del desastre humano y social que estamos viviendo en España, porque esto señores, no es una crisis (si lo fuera, la crisis sería internacional, pero media Europa y EEUU rozan el pleno empleo) es una estafa y ningún político puede negar el derecho a chillar por ello. A la Banca ya se le arregló su problema, a ver quien arregla ahora el problema de los ciudadanos porque algo o alguien tendrá que arreglarlo.
Ojo, como digo una cosa digo la otra, no estoy de acuerdo en que se levante la mano a nadie, ni se ataque a la integridad física y/o patrimonial de nadie, si hacemos eso, usar la fuerza, perdemos la razón, pero chillar, manifestarnos, reunirnos a las puertas de las casas de los políticos para hacerles llegar en primera persona nuestro estado de ansiedad, de gravedad, de precariedad, de urgencia vital pues claro que sí y oiga si el político no está de acuerdo o no quiere sufrir estas protestas en primera persona que dimita, que se vaya, que si no tiene solución para mi problema a mi por lo menos me lo está haciendo más grande.