«Mero circo político«, titula la periodista Anne Grüttner… según el texto, «Rajoy confía en una amnesia de los electores y en buenas cifras económicas. (…) tras el paréntesis estival y a la vista de una mejora de la situación coyuntural serán ya pocos los electores potenciales que se interesen por el escándalo de financiación del partido, sino que, en el mejor de los casos, le apuntarán el tanto de la relajación económica a Rajoy. El debate en el Parlamento fue fuerte en palabras, pero débil en efectos. (…) La dimisión de Rajoy sigue siendo improbable. Su partido tiene la mayoría absoluta y apoya a su presidente. Solo una demanda formal de la justicia podría espantar al presidente. Y hasta ahora no se perfila. Así, el debate fue un gran circo político; como tantas veces el Parlamento español«
Die Welt publica un texto de Annette Prosinger titulado «Nepotismo español«… «España -dice- sufre tanto bajo su crisis económica como bajo sus políticos. Y el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, con su comparecencia sobre las acusaciones de corrupción, no ha cambiado nada. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, España, en su día floreciente, está viviendo una caída vertiginosa: quiebras de bancos, desempleo masivo, recortes drásticos en Sanidad y Educación – apenas hay un español cuyo plan de vida no se haya visto amargamente distorsionado por la crisis. Y no solamente se ha venido abajo el sueño del bienestar, sino también la confianza en las instituciones políticas. A lo largo de la crisis salieron a luz incontables maquinaciones sucias: despilfarro de dinero público, soborno de funcionarios, políticos comprados – en los días del boom inmobiliario nadie había querido verlo. Entretanto está claro que todo esto, que al parecer era sistemático, no es digno de una democracia. Y España hace tiempo que está sumergida en un amplio debate sobre la debilidad de las instituciones políticos. Pero los más afectados no parecen querer participar. El jefe del gobierno Rajoy, que se tomó medio año para hablar sobre las acusaciones de corrupción, se ha presentado ahora como víctima de calumnias. Pero en España todo el mundo sabe que no se trata de un caso puntual de corrupción, ya se llame Bárcenas o como sea. Hay un problema estructural. España no solamente tiene que poner en orden en sus finanzas, sino también renovar su cultura política. Si no, seguirá siendo un problema. Para sí misma y para Europa«
El Berliner Zeitung «La oposición española exige la dimisión de Rajoy. Debería planteárselo«. El diario pública un texto del corresponsal Martin Dahms titulado «Representación de malvados«. Según este periódico, «Ya fuera una estrategia política o una indisposición psicológica: hasta ahora, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, no había querido hablar sobre el escándalo Bárcenas, en el que está profundamente involucrado. Ayer rompió su silencio. Y apenas dijo nada. Aportó poco nuevo al esclarecimiento de su papel en esta obra de canallas en torno a cajas negras. Rajoy se siente perseguido. Pero ya no podrá deshacerse de la sombra de la sospecha de corrupción. La oposición española exige la dimisión de Rajoy. Debería planteárselo«
Süddeutsche Zeitung dice «Todo indica que la estrategia de defensa de Rajoy podría funcionar«, aunque añade matices: «Es cierto que el nombre de Rajoy aparece en las listas manuscritas en las que Bárcenas supuestamente documentó el reparto de dinero negro. Según éstas, en algunos años Mariano Rajoy recibió hasta 25.000 euros en efectivo. Cuatro quintas partes de los españoles creen que las denuncias de Bárcenas sobre las cuentas de dinero negro son ciertas. Pero la mayoría cree que Rajoy quiso poner orden. De momento, la crisis de Estado parece frenada«.
Fuente: radiocable