Ayer veiamos como “la receta” del FMI de bajar los salarios un 10 por ciento para crear empleo ya tiene defensores en Bruselas; sin embargo de los que “apoyan” la medida nos llegan pocos ejemplos en recortes de sueldos. Por ejemplo Christine Lagarde –la mismísima directora del Fondo Monetario Internacional– se subió el sueldo un 11 por ciento nada más tomar posesión del cargo –cobra cerca de 30000 euros mensuales y no paga impuestos– y el vicepresidente de la Comisión Europea Olli Rehn gana cerca de 24000 euros mensuales incluidos complementos, cifras que contrastan con el salario medio en España que son unos 23000 euros –pero anuales, no mensuales como éstos personajes–
Miembros del gobierno de algunas CCAA y agentes sociales consideran la medida “una insensatez, una barbaridad y una nueva ocurrencia de Europa“, acusando incluso a los responsables de la Unión Europa de “tocar de oído en este asunto“. Graciano Torre, consejero de Economía y Empleo en Asturias, señala “quien realiza estas propuestas o desconoce la realidad de este país o es un insensato; en España en los últimos años los salarios se han rebajado o congelado como norma general a través de los convenios, y si uno de nuestros grandes problemas es la falta de consumo si se recortan aún más los salarios será más difícil reactivar la economía“.
Incluso el secretario general de CCOO de Asturias, Antonio Pino, señala “hemos hecho sacrificios enormes de moderación salarial, hasta el punto de que la media de aumento en los convenios de este año es de un 0,68% mientras que los precios han subido un 2,1%; ésta propuesta va en contra de toda lógica, va contra el sentido común y es una verdadera barbaridad“.
Incluso Alfredo Pérez Rubalcaba rechaza con firmeza tales propuestas “le pido que se olvide de sus recetas, porque han sido nefastas para España“.
Si la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional perseguían que hubiera consenso en España, lo han conseguido, aunque no precisamente el que hubieran querido. Gobierno y oposición, de un lado, junto a patronal y sindicatos, de otro, mostraron su rechazo frontal a la última propuesta de ambos organismos.
Una mayor devaluación salarial no es la salida a la crisis y la fórmula para crear empleo; lo que éste país necesita de Europa son políticas de reactivación económica, no de más recortes.
¿Por qué no hacemos como Islandia –que llevan dos años seguidos de crecimiento al 3%-, reestructuramos la banca y la deuda, subimos salarios e incrementamos el gasto social? ¿Quién controla exactamente el FMI y la Comisión Europea? ¿No serán los mismos individuos que después de sus desaguisados han recurrido al dinero público para mantenerse en sus puestos?
Y a todo ésto hoy sabemos que las empresas que se declararon en concurso de acreedores -suspensión de pagos y quiebras- ante la imposibilidad de afrontar sus pagos y deudas ascendieron a 2.408 durante el segundo trimestre del año, lo que supone un aumento del 22,5% respecto al mismo trimestre de 2012 y un descenso del 9,5% en relación al trimestre anterior.
Fuente: varias
