Ya en el avión que la llevaba a Palma fue vista memorizando el decálogo que le prepararía sus abogados, su llegada al juzgado tranquila, serena, sonriente, amable tras bajarse del coche con el que evitó el “paseíllo” privilegio que no tuvo su marido por cierto, al que se le dejó bajar la cuesta para su pública humillación.
Por delante su equipo jurídico como si de los ejecutivos del P.P. se tratara en el caso Bárcenas diciendo: la Infanta viene a decir la verdad, Dña. Cristina lo dejará todo claro, colaborar la hija del Rey dará todas las explicaciones pertinentes, la Infanta no teme a la acción de la justicia y está absolutamente tranquila, Dña. Cristina colaborará y responderá a todo cuanta pregunta se le haga, todo esto dicho a los medios por sus abogados Sr. Roca y Sr. Horrach.
Delante del Juez pues eso, tras seis horas y cuatrocientas preguntas estrategia la misma que los secretarios generales del PP “no se”, “no me consta” y “no me acuerdo” a un alto porcentaje de ellas (de 400 preguntas sólo respondió diferente a lo anterior en 15 ocasiones, o sea, que 385 veces usó los argumentos tipo indicados más arriba) y cuando dio una respuesta era para autoexculparse por desconocimiento de los hechos por los que le inquiría el juez Castro.
Pero el Juez está solo frente a un sistema que ampara a la Casa Real para que este asunto pase al olvido lo antes posible, el Gobierno ha dejado claro que es lo que pretende con este caso y lo ha demostrado con su colaboración en el esclarecimiento de los delitos cometidos. La infanta es un reo al que todos ayudan, tanto la ayudan que la defensa ha intentado “sin éxito” que quien parezca el malo, el presuntuoso o el paranoico sea Castro.
Ella desde luego de cara al Pueblo y por proteger a la Casa Real aceptará restituir o aceptar sanción en su defecto por el importe que se le pueda reclamar y exiliarse del Palacio de la Zarzuela de por vida para que no cuenten con ella a ningún efecto y con su marido tres cuartos de lo mismo, le pondrán sanción ejemplar y ejemplarizante para que vea todo el mundo que el sistema funciona y es igual para todos pero el Infante consorte o Duque “em-palma-do” no pisará la cárcel.
¡Me olvidaba de Torres!, nada, él si será tratado como al resto de la ciudadanía pero para que calle de por vida se les ayudará a pagar el montante económico de su culpa aunque Torres si vaya a la cárcel para no soliviantar a la plebe, porque claro cantaría mucho que ninguno fuese condenado a presidio ante el presunto inmenso festival de dinero que se embolsaron gracias a operaciones de marketing directo y a elevar el coste de organizar eventos al cubo.
Por último igual el Juez Castro en venganza contra todos los protagonistas de este caso publica un libro cuando se retire y nos cuenta la verdad para la historia negra de España que de esa tenemos tanto o más que de la blanca…