Es una de las muchas víctimas con cuyos familiares los políticos no se hacen fotos; para las fotos antes de las elecciones hay otras «víctimas«, claro. El único «delito» del pobre Ángel, panadero de profesión en Pamplona, fué negarse tal día como hoy hace diez años a colocar el cartel que una clienta –hija de altos mandos del ejército y casada con un policía nacional– le compuso, incitando lemas contra ETA a los que se acusaba inicialmente del atentado del 11-M.
Minutos después, el marido de dicha clienta, miembro de la policía nacional, acudió a la panadería junto a su hijo de 19 años portando ambos un revólver y un cuchillo. El policía le disparó cuatro tiros a Ángel, mientras que su hijo se encargó de asestarle una puñalada en el hígado.
Los familiares del fallecido piden que sea reconocido oficialmente como una víctima política, de momento sin éxito; «según quién sea el asesino, lo eres o no«, denuncia su hija
La violencia no es el camino… nunca lo ha sido, ni lo será… D.E.P. ud. y todas las demás víctimas de tan fatídico día en la vida de éste triste país, y nuevamente nuestras más sinceras condolencias a tod@s
Mis respetos ante este artículo Antonio, hace falta coraje para equiparar a todas las víctimas de la locura asesina, venga de donde venga….seguro que muchos pensaran que era un etarra y que se jod….