Vean estos vídeos y piensen una cosa «qué buenos somos para matar y qué malos para negociar» nos es más difícil sentarnos unos días con la ejecutiva de un país en apuros con la sana intención de ayudarlos a salir de una crisis que destinar miles de millones de dólares a la investigación y desarrollo de la muerte y el miedo, porque muchas armas ya no se crean para matar o destruir sino para infundirle terror al enemigo de turno.