Desde pequeños nos han acostumbrado a centrarnos constantemente en los defectos, en lo que está mal… nos enseñaban a pensar en ello desde la escuela usando un bolígrafo rojo a cada paso, de treinta palabras que podía haber en un renglón, si al corregir sólo tachában uno significaba que 29 estaban bien, pero nos centrábamos en el que estaba incorrecto ¿verdad?. Esa costumbre –remarcar lo incorrecto– queda marcada en nuestro interior hasta la vida adulta, y es algo bastante difícil de eliminar, que además puede ser una de las razones por las que podemos sentir insatisfacción y solucionar ese error de aprendizaje es tan sencillo como lo hizo una madre al educar a su hija en pre-escolar.
Esta madre que impartía pre-escolar nunca resaltaba con bolígrafo rojo los errores que cometía su hija, sino que destacaba con el color verde las letras y círculos que le habían salido mejor. A su pequeña le encantaba este método, y siempre, después de terminar cada renglón del cuaderno le preguntaba “mami, ¿cuál de todas me ha salido mejor?” y se ponía aún más contenta cuando su madre le rodeaba la letra más bonita escribiéndole “muy bien”.
Y es que con el método tradicional nos centramos constantemente en los errores, que es lo que ha sido remarcado, pero ¿qué se queda grabado en la mente? … exactamente… lo que hacemos es acordarnos de las letras que están mal escritas, es decir, lo incorrecto ¿a que nunca has visto las respuestas correctas rodeadas con el color rojo?
En el nuevo método del bolígrafo verde nos centramos siempre en lo que está correcto; de esta manera vamos a experimentar siempre emociones positivas, con una actitud muy diferente. Sin darnos cuenta, nuestro subconsciente tratará de repetir lo que hemos hecho correctamente –y que está marcado en verde– por lo que se logra una nueva motivación completamente distinta… Ya no vamos a estar centrándonos en los errores, sino que nos esforzaremos en hacer lo que está bien.
Esto supone un fuerte empujón hacia el aprendizaje, ya que estamos empleando una técnica que premia positivamente cada acierto, y que ademas supone un extra de motivación para los niños pequeños que no se podría conseguir con el método tradicional. La experiencia indica que si ponemos en práctica este nuevo método del bolígrafo verde, veremos que incluso sin mostrarle a los niños los errores, estos irán desapareciendo poco a poco, ya que tratarán de hacerlo siempre bien porque así se sienten mucho mejor.
Este, el de reforzar positivamente los aciertos(premio) o reforzar negativamente los errores( castigo) es un debate clásico de la psicología académica,especialmente de lo que se entiende por cognitiva conductal. Quizás el buen aprendizaje no ha de descartar ninguna de las opciones sino que su resultado ha de procurar ser condicionado con otros objetivos, es decir el castigo no resultaría malo si supone un progreso por abrir.Relacionar progreso con lo que descubrimos,sabemos y dominamos y no tanto con lo que desconocemos, las incertidumbres o ignorancias es quedarse corto( y no en sentido bursátil…jejee).un saludo