GREENPEACE.ORG Los negociadores de la UE y de EE.UU. que se reúnen desde hoy en Bruselas tienen una difícil semana por delante. Por doceava vez desde que empezarán hace dos años y medio, se reúnen a puerta cerrada para negociar el TTIP, el Acuerdo sobre Comercio e Inversión Transatlántico (TTIP).
Haríamos mal en pensar que el TTIP es un acuerdo sobre comercio. Se habla sobre comercio, es verdad, pero ese no es meollo. Lo que se está discutiendo es cómo dar más poder a las multinacionales, recortando el espacio democrático y reduciendo la capacidad de decisión de la ciudadanía. Se está decidiendo cómo poner el comercio y los privilegios de las grandes corporaciones en primer plano, por delante de los servicios públicos, los derechos laborales, el medio ambiente y la democracia. Dicen que va de comercio, pero estas negociaciones secretas hay que desnudarlas.
Con nuestra acción de hoy, Greenpeace ha querido mostrar nuestro rechazo a estas negociaciones que se traducirán en la transferencia de un enorme poder para las grandes multinacionales. Porque este acuerdo amenaza los valores que sustentan nuestra sociedad. Las personas que se preocupan por la democracia, la protección del medio ambiente, las normas de salud y las condiciones de trabajo deben saber lo que está en juego.
Cerca de 3,5 millones de ciudadanos europeos han firmado una petición contra el TTIP. Cientos de miles de personas han salido a las calles de Berlín, Amsterdam, Bruselas, Madrid y otras capitales. Las barreras comerciales que los negociadores dicen que quieren eliminar son, de hecho, las normas que protegen nuestra salud, nuestro medio ambiente y nuestra forma de vida; las mismas cosas que deben ser protegidas de la avaricia de las grandes corporaciones. Las organizaciones de consumidores, sindicatos e incluso las pequeñas empresas a ambos lados del Atlántico están preocupadas por este acuerdo comercial. Y el movimiento de oposición crece.
La intención de los negociadores -intenciones que hemos intentado bloquear hoy- es avanzar en este acuerdo durante toda la semana. Discutirán sobre los planes para establecer un tribunal especial para los inversores extranjeros, un instrumento fundamental para dar más poder a las grandes empresas. La Comisión Europea respalda el llamado Sistema Judicial de Inversiones (ICS). Este “tribunal” está pensado ad hoc para que las empresas extranjeras pueden demandar a los gobiernos y exigir compensaciones económicas masivas si sienten que cualquier regla o regulación afecta a sus inversiones. Bajo un sistema similar, una empresa canadiense de energía exigió recientemente 15.000 millones de dólares en compensación por la decisión del presidente Obama de paralizar la construcción de un oleoducto para dar salidas al petróleo de arenas bituminosas de Canadá.
Este sistema pseudo-judicial es discriminatorio, injusto y podría costar a los contribuyentes una fortuna. Las empresas podrían demandar a los gobiernos, pero no al revés. El ICS también tendrían un importante efecto disuasivo en los poderes públicos, disminuyendo su disposición a adoptar o aplicar leyes para proteger el medio ambiente por temor a ser demandadas por las multinacionales.
2016 es un año crucial para parar estas negociaciones. El presidente Obama y la Comisión Europea quieren completar las negociaciones TTIP antes de las elecciones en Estados Unidos en noviembre.
Y nosotros vamos a seguir desenmascarando estas negociaciones secretas hasta pararlas. Y necesitamos que se sumen a este movimiento europeo contra el TTIP muchos millones más. No vamos a dejar que los políticos establezcan las bases de un gran negocio para unas pocas multinacionales a costa de la ciudadanía.
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