Jackson Hole es un paraje de Wyoming donde se reúnen lo grandes mandatarios de los bancos centrales, allí ellos desde el tiempo de Volcker años ochenta cuando los Alcántara ya tenían un Renault y en España gobernaban los socialistas con mayoría absoluta, la reunión no tendría más historia que la meramente informativa dado el carácter filosófico de la misma a fin de cuentas se trata de un discurso de diagnosis de la situación financiera y lo que habría que hacer para arreglarla.
Pero el tema es que la FED lleva retraso con el tema de la subida de tipos, los halcones están nerviosos porque las palomas siempre tienen una excusa para posponer la próxima subida, iba a ser en junio y el Brexit salió positivo, no pudo ser, había que dejar pasar algo de tiempo, pasó julio y nada pasó, pasó agosto y nada ha pasado por lo tanto en septiembre tocaría la subida si no se presenta otro invitado no esperado.
La duda es si los mercados de RV USA y su moneda tienen descontada ya la subida o no, sería espérpentico que la FED se pusiera ahora a jugar al escondite para no dar el puñetero dato de si suben o no tipos, que lo diga ya para que los mercados procedan a su automático descuento y punto, si con ello se inicia el valle de septiembre-octubre pues muy bien, a ellos les viene bien una corrección, no creo que subir tipos se convierta en un sell off que haga girar la tendencia.
Además eso de tipos arriba bolsas abajo tiene mucho de leyendo urbana, las bolsas en un primer momento bueno pueden venirse abajo y más Wall Street con lo exagerada que es pero luego todo volver a ser tanto o más alcista que ahora. Así que lo dicho, que lo diga ya, que deje la Fed de darnos capotazos que aquí a menos incertidumbres mejor para todo y todos.
Sería insoportable otro discurso típico de si pero no , no pero si, seguiremos vigilantes, estaremos atentos, haremos lo que tengamos que hacer, actuaremos con contundencia, esperaremos por la inflación, etc etc etc y cuando acabe la señora de hablar nadie sabe lo que ha dicho o peor lo que ha querido decir por uar un lenguaje político lleno de ambigüedades, vaguedades y opacidades.