Una lacra de muchas empresas son los empleados en puestos de responsabilidad que han decidido, bien sea consciente o inconscientemente, que sus obligaciones no son las que les ha asignado la entidad, sino que su trabajo consiste solo en mantener su cargo. Steve Jobs solía decir “no tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer”.
Lamentablemente, las palabras del gran Steve Jobs no son la tónica general; la incapacidad para reconocer como válidas las ideas de otros, el miedo a ser superado profesionalmente por un subordinado o incluso la envidia, pueden llevar a directivos, mandos intermedios y jefes a eludir responsabilidades y evitar tomar decisiones adecuadas, dedicándose a cercenar las iniciativas, aportaciones e ideas de aquéllos que pueden dejarlos en evidencia, algo nefasto en cualquier organización o equipo, resultando en generar un clima laboral de tensión y estrés.
¿Resultado? climas laborales de tensión y estrés donde se fuerzan las circunstancias para ajustarlas al modelo de quien manda, se prima la visión personal y sus intereses particulares frente a la maximización del rendimiento, incluso se deforman y ocultan datos de análisis externos que revelan esas funestas conductas y patrones, no se les asignan tareas a quienes las harían mejor, se cierran recursos a proyectos en los que otros destacarían más y sobre todo se nos exigen unos niveles de calidad y perfección imposibles para tener a la base de la pirámide aplastada… así pues, el resultado en la parte baja de la pirámide es que se genera miedo a brillar –es decir, por culpa de esos jefes inseguros que cercenan nuestras posibilidades de progreso como profesionales brillantes, preferimos no destacar y simplemente conservar el puesto tal cual– … fuente y articulo completo aquí
Que inteligente era Steve Jobs, cuanta sabiduría.