Y que mal los autónomos y el 95% restante de menos de diez trabajadores, el peso económico del país recae sobre estos y el trato es realmente deleznable por parte del Gobierno de turno, a quien hay que mimar palo y a quien hay que vigilar y fiscalizar a tope puertas abiertas e incluso puertas giratorias si son muy grandes.
Ojo a este dato
«El 94,8% de las empresas españolas cuenta con plantillas inferiores a diez empleados, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE) que recopiló datos del informe de la OCDE ‘Entrepreneurship at Glance 2017′»
Por delante de España, con un mayor número de micro-empresas están Italia (95%), Polonia (95,1%), Países Bajos (95,2%), Portugal (95,3%), Francia (95,5%), República Checa (96%), Grecia (96,4%), Eslovaquia (96,7%), Australia (97,2%) y Turquía (98,3%).
Vamos que o te haces autónomo o te metes en una empresa de tu zona a trabajar o vas listo si lo que pretendes es trabajar para una mediana y gran empresa. Así están claro estas, piden dos carreras, varios másters y cuatro idiomas para trabajar por poco más del salario mínimo interprofesional para empezar.
Luego se pone uno a deducir cuanto es la aportación de las empresas de más de 10 empleados y las de menos y se lleva uno las manos a la cabeza porque son las de menos las que soportan todo el peso socio-económico del país. Y en vez de ayudar no, más fiscalización, mayor persecución, más presión, de nada vale que ayuden por la contratación de personal si el crédito a las empresas roza o supera los dos dígitos de interés con tipos cero.
Si el Estado quiere ayudar a levantar este país que ordene al bancario a reducir los tipos de interés al autónomo, el negocio familiar y la pequeña empresa al 2%-3%, que el dinero se está pudriendo en las bodegas del BCE porque no tiene actividad. A tipos bajos «reales» la economía arranca y pone en marcha su círculo virtuoso, tal como estamos no vamos a salir nunca de la miseria, porque lo que se está haciendo es perpetuar la precariedad y parcialidad del mercado de trabajo.