Unos mercados algo sobrevalorados y unas rentabilidades esperadas a la baja hacen que el riesgo de pérdida de capital aumente.
ara invertir con éxito es necesario pensar y actuar de forma independiente de los demás agentes del mercado. Sólo un inversor independiente podrá identificar oportunidades que otros no han visto, comprar activos que a otros no les gustan y construir una cartera con una mayor rentabilidad o un menor nivel de riesgo.
Esto parece fácil en la práctica, pero mucho más complejo en la realidad. Por eso, Morningstar ha implementado siete principios de inversión para definir un marco de gestión riguroso y consistente. Esto nos permite identificar ideas de inversión atractivas en un horizonte de largo plazo, al mismo tiempo que nos da la fortaleza mental para mantener posiciones fuera del consenso a lo largo del tiempo.
Con el fin de identificar nuevas ideas de inversión, estimamos las perspectivas potenciales de rentabilidad de los activos y su evolución en un horizonte a largo plazo (al menos 10 años).
Somos conscientes de que este enfoque diferenciado es más difícil de entender tras el periodo de mercado alcista que hemos vivido. En estos últimos cinco años el mercado de renta variable mundial ha crecido casi un 91% (MSCI World NR EUR) y el mercado de renta variable estadounidense un 129% (S&P 500 TR EUR). En los últimos 12 meses, a finales de diciembre de 2017, la tendencia es igual de positiva: la renta variable internacional ha aumentado un 8% (MSCI World NR EUR) y la europea un 10% (MSCI Europe NR EUR). Los bonos no se han quedado atrás: han subido un 14% en conjunto (BBgBarc Global Aggregate TR EUR) y un 19% para los bonos de la Zona Euro (BBgBarc Euro Aggregate TR EUR) e incluso mucho más en algunos segmentos.
Aunque uno puede entusiasmarse por estos resultados pasados, nuestro análisis fundamental de las diferentes clases de activos y, en particular, nuestro análisis de los niveles de valoración confirman nuestra posición prudente y nuestra recomendación de ser muy selectivos.
Como muestran los gráficos que figuran a continuación, las oportunidades de inversión para quienes tienen un enfoque centrado en la valoración son cada vez más escasas debido a las reducidas perspectivas de rentabilidad, tanto en renta variable como en renta fija.