A continuación transcribo la visión de mercado de los expertos de Bankinter, nos parece llena de razónes
El proteccionismo es el peor enemigo de la riqueza. Restringe el comercio, reduce la actividad económica y dificulta la creación de empleo. Por eso la clave determinante esta semana son los aranceles que apruebe Trump sobre la importación de acero y aluminio. De las 3 alternativas que baraja parece que escogerá – según adelantó la semana pasada montando un buen lío – la más dura: arancel del 25% al acero y del 10% al aluminio.
Esto, que puede parecer a simple vista una medida parcial, limitada y que afecta sólo a un sector, en realidad es muy grave porque cambia las reglas del comercio internacional y eso desemboca siempre en represalias comerciales por parte de los países afectados. Las represalias suelen tardar meses en articularse y eso mantiene en vilo al mercado durante un periodo no breve, bloqueando las bolsas y favoreciendo la apreciación de los bonos y de aquellas divisas consideradas como refugio, como el yen, el USD y el Franco Suizo.
Es altamente probable que la OMC termine anulando las medidas arancelarias americanas, pero pasarán meses y mientras tanto las bolsas sufrirán. Por eso, si Trump sigue adelante (tiene de plazo hasta el fin de semana) y aplica los aranceles anunciados, sin suavizarlos u optar por otras medidas alternativas, aumenta el riesgo de que las bolsas no sólo sufran un ajuste (como pensábamos hasta ahora) sino que cambien de dirección y entremos en un mercado bajista el cual, pasado un tiempo y tras ciertos retrocesos, se quedaría después plano en lugar de rebotar. Pero hoy no debemos adelantar acontecimientos. No todavía. Tenemos que concedernos esta semana de plazo para comprobar:
Primero, que el enfoque más “hawkish” o duro de Powell (Fed) está digerido e interiorizado. Segundo, que los desenlaces políticos en Europa son constructivos (Alemania) o, al menos, no destructivos (Italia). Y tercero, que efectivamente Trump adopta unos aranceles tan agresivos como ha anunciado y que eso lleva a una reactivación del proteccionismo a nivel mundial, reduciendo el crecimiento económico, la creación de empleo, elevando las perspectivas de inflación y estimulando a los bancos centrales a ser más duros. Esto último puede cambiar el tono del mercado. Los puntos primero y segundo no tienen un alcance grave, mientras que el tercero aún no está confirmado. Por eso nos damos esta semana de plazo para decidir cambiar o no nuestro enfoque y/o incluso nuestra estrategia de inversión.
Esta semana será bajista (bolsas) y tensa. En este contexto de repentina incertidumbre y espera destacan 2 referencias macro: (i) La reunión del BCE el jueves, de cuyo comunicado podría retirar su alusión a la posibilidad de volver a aumentar el importe del APP (su QE)… aunque no sería extraño que no cambiara nada teniendo en cuenta el reciente aumento de riesgo. (ii) Las Ganancias Medias/h. Feb. en Estados Unidos el viernes. Cualquier cifra superior a +2,8% se encajaría mal porque reactivaría el miedo a la inflación. Lo bueno sería +2,7%/+2,6%, aunque es improbable. También hay empleo americano el viernes, pero en este contexto no preocupa a nadie.
¿En concreto, qué recomendamos hacer? Esperar esta semana hasta comprobar los 3 desenlaces pendientes comentados: Fed interiorizada, política europea y guerra comercial. Actuar antes sería precipitado y podríamos arrepentirnos enseguida. Es necesario saber si el BCE cambia o no su mensaje (¡ojalá lo mantenga!) y si las Ganancias/hora americanas se aceleran o no. Porque si Trump suaviza su enfoque o no aprueba – de momento – o pospone las medidas anunciadas, el BCE no cambia nada, el mercado encaja deportivamente un gobierno confuso en Italia y las Ganancias/hora no se aceleran en EE.UU. la situación se reconducirá poco a poco. Es muy difícil que el actual ciclo expansivo de economía y bolsas involucione repentinamente. Eso es un hecho objetivo. Como también lo es que la confianza de las bolsas está tocada. Los nervios no llevan a ninguna parte, aunque la inacción tampoco.