Si realmente quisieran combatir la pobreza energética, cualquiera de estas cinco medidas sería buena para empezar, dado que todas ellas tendrían un impacto inmediato en la reducción de la misma:
- Impedir las constantes batidas de comerciales hacia las casas de la gente más vulnerable con intención de sacarles del servicio regulado PVPC hacia tarifas y servicios que no necesitan, por los que terminarán pagando siempre de más. Esto puede ir acompañado de informar adecuadamente de lo que sí necesitan contratar de verdad, sean vulnerables o no, por ejemplo tarifas con discriminación horaria en PVPC o reducir potencia contratada para pagar menos.
- Dejar de cortar la electricidad a los clientes domésticos, sin comprobar si están en situación de vulnerabilidad. Esto solo es obligatorio en Catalunya, gracias a la Ley 24/2015, y aunque en muchos casos no la cumplen, sería un gran gesto que lo aplicaran en el resto del país.
- Invertir en planes de condonación de deuda a las familias que no pueden pagar, no cobrar reenganches, o por reducción o ampliación de potencia…
- Dejar de especular con el precio de la energía, dado que el actual sistema de fijación de precios se lo pone muy fácil, pero podrían ponerse de acuerdo fácilmente.
- Dejar de hacer lobby y presionar al Gobierno para imponer sus intereses por encima de los de la ciudadanía, así como de recurrir todas las normas que les afectan; por ejemplo podrían disolver su patronal eléctrica, UNESA.
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