Ver volatilidades como la de febrero no es algo puntual o corriente si no excepcional, propio de hechos de mercado que marcaron a hierro su nombre a una periodo de crisis, pero claro tras tormentas de volatilidad vienen las calmas de los mercados y con ellas nuevos máximos, pues en teoría tocaría más máximos en el próximo ataque alcista, si en cambio muchos gurus han visto en la VIX de febrero el barrunto de un fin tendencial.
Por otro lado están los programas de recompras de acciones propias que han dado mucha vida a Wall Street este siglo, donde ya todos deberíamos saber que han sido ellas quienes han generado el presente bullish con la aquiescencia de la FED, dado que a tipos bajos las empresas han estado emitiendo bonos corporativos como locas los cuales se los quitaban de la mano y con ese dinero los insiders compraban sus acciones en el NYSE por lo tanto hacian subir a sus empresas por la vía de la ingeniería financiera y no por el incremento real de valor.
Creemos que a medida que vayan subiendo tipos la FED y aumentando la rentabilidad de los intereses de la deuda pública a las empresas les cueste cada vez más vender bonos si no es cada vez más caros para hacerlos más atractivos, y eso claro, en tiempos de bonanza todo muy bien y que bonito pero si pintan bastos sobreviene una recesión y las empresas empiezan a dejar de ganar o incluso perder igual los empresarios tendrán que vender para poder hacer frente a su deuda corporativa y esto claro está lo que genera es miedo y el miedo descensos por simple falta de liquidez, recuerden que algo que cotiza solo se puede caer por dos razones porque todo el mundo vende o porque nadie compra.