Por que entonces no viviríamos en un país democrático y de derecho.
Juana Rivas es un caso paradigmático, una serie de errores de cálculo la ha destrozado, ir a los medios interpretando un papel de víctima para lograr la empatía desde la ciudadanía hasta el presidente del Gobierno ha tenido una fuerte factura final. Cinco años de cárcel, seis años de pérdida de patria potestad y 30.000 euros de sanción más costas judiciales a su ex-pareja es el saldo final de una madre coraje que no puedo demostrar ante un juez argumentos legales suficientes para justificar tomarse la justicia por su mano.
La justicia española le ha venido a decir que las cosas no son así, que nadie puede tomar las decisiones por un juez por su cuenta y riesgo esperando comprensión infinita por actuar por el bien de sus hijos, que nadie es muy bueno buenisimo y ni nadie malo malisimo, hay un padre que también tiene derechos que para quitárselos se ha de seguir un proceso y sobre todo tener justa causa para ello, Juana Rivas no pudo demostrar ante los jueces lo que dijo a los medios con lágrimas en los ojos.
No creemos que el juzgado de Granada haya cometido una injusticia contra ella, la pena ha sido brutal y si una pena es brutal es porque el delito también lo ha sido. Esto es una lección tanto para las madres que se creen por encima de los padres como para la masa para que no tome partido coaccionando moralmente al poder judicial. La lógica o la razón no sirve en los juzgados, sino los hechos, las pruebas y lo que al efecto dicten los códigos pertinentes.
En fin no vamos a condenar a nadie ni a hacer juicios paralelos de nadie, tampoco a jugar a ser jueces de nada ni de nadie pero la masa no tiene porque tener razón por mucha gente que esté a favor de una de las partes. La sentencia a Juana Rivas es de las ejemplares y ejemplarizantes y por algo sería así, no que los juzgados de Granada sean injustos o irracionales o peor machistas o patriarcales.
Juana Rivas ha sido mal asesorada, quien la quiso ayudar hoy tiene que tener un fuerte cargo de conciencia, «Juana somos todas» , «Juana está en mi casa» , «Yo soy Juana», «Un maltrador no es un padre» suele tener un precio muy caro si al final no son las cosas como ha contado una de las partes ¿quien oyó a su expareja o padre de sus hijos? ¿a cuantos programas fue? ¿por qué se le linchó sin juicio previo? ¿por qué dictaron sentencia los medios antes que el juzgado?.
Al final según la prensa Juana Rivas no ha podido demostrar los malos tratos y lo que es peor los utilizó para obtener las típicas ventajas de la madre frente al padre al fin de obtener su custodia, tampoco hay en los niños secuelas de malos tratos de un padre, también entró en contradicciones flagrantes en cuanto no entregar al padre a sus hijos por un supuesto daño futuro, luego está la utilización de los medios para satisfacer sus intereses (por muy maternales, legales,lógicos y racionales que fueran),de dejar claro a todo el mundo la naturaleza malévola del padre de sus hijos, todo ello ha dejado a su expareja en una situación crítica, de indefensión, de señalamiento social que si ha valorado los tribunales de justicia.
Pese a todo habrá quien venda que la justicia está a favor de los maltratadores y en contra de las madre coraje, que es la justicia tiene un marcado carácter conservador y machista y que parece que a los niños hay que matarlos como Jose Bretón para meterlos en la cárcel. Los jueces sentencian en base a leyes y códigos no por la razón y la lógica o por la versión de una de las partes sobre los hechos denunciados.
Un ejemplo de la intromisión política en las decisiones del poder judicial es la de Alberto Garzón por ejemplo ¿qué sabe él que el juez no sepa para pedir el indulto para ella de forma tan vehemente? y considera que el fallo proviene de «una justicia patriarcal profundamente injusta». Pero claro a favor de Juana Rivas sin conocer detalles estuvo también Rajoy y varios ministros. Desde luego por el cargo que ocupan debieron ser todos sancionados con al menos una multa.
Eso es una falta de respeto a los jueces que debería ser penada incluso. Una cosa es tener opinión otra decir lo que tiene que hacer los profesionales de la justicia. Una cosa es opinar sobre el estado de un paciente y otra decirle al médico el tratamiento que debe seguir.
Dejamos el tema aquí porque ni se en contra de Juana Rivas ni a favor de su expareja, solo a favor de que dejen hacer su trabajo a los jueces que para eso están y les pagamos. Porque un magistrado hiciese un voto particular opuesto al de otros dos magistrados en el caso de «!a manada» no es lo que la masa dijo de él que era. Y a los políticos que hagan el suyo porque lo hacen mal y encima también les pagamos.
Hoy en día un porcentaje de mujeres para asegurarse la custodia de sus hijos se pasan por la comisaría a denunciar malos tratos psicológicos o físicos así tienen el camino más llano cuando lleguen al convenio de custodia para que al padre no le den ni la compartida. Lo malo es que esto de excepcional se ha convertido en norma porque aunque se demuestre la inocencia del padre a la madre no le pasa absolutamente nada. Hay plataformas de padres separados con demandas abiertas a la sociedad reclamando un trato justo e igualitario en los tribunales, una vez la separación ya es un hecho la madre trata de convertir a su expareja en un cajero automático que entregue dinero puntualmente y sin hacer preguntas, que tenga al hijo/s el tiempo justo y necesario y se acabó.
A estas alturas de la película todo el mundo sabe que no es lo mismo ser madre que padre en un juzgado de familia o en violencia de género, de entrada duermes en comisaria por la simple denuncia de la mujer antes de pasar a ver al juez. Esto es un atentado contra la constitución, es un acto de agravio comparativo por razones de sexo, y cuando se demuestre que el padre es inocente del maltrato los jueces deberían multar por norma a la denunciante para tratar de acabar con este uso y costumbre en que se está convirtiendo denunciar al padre por lo que sea como parte preliminar del proceso de separación y custodia.
Este tipo de casos me recuerdan mucho al de Dolores Vazquez Mosquera. Juzgada, condenada y crucificada por los medios y las masas por un asesinato que nunca cometió, el de Rocío Wanninkhof.
¿Que hubiera sido de esta mujer si el azar (que no la policía) no hubiera delatado al verdadero asesino? Pues que seguramente hoy en día aún estaría en la cárcel. Aún así aparte de pasar casi 2 años de prisión preventiva se fué sin ningún tipo de indemnización y su vida quedó igualmente truncada.
Es triste que hoy en día las masas sigan siendo tan manipulables. En este mundo solo hace falta que aparezca un buen "Hitler" para que se líen montoneras imparables.
En fin…. es lo que toca.
Un saludo.
De acuerdo en todo excepto en una cosa, en el caso de la "manada" los jueces han actuado como otra manada, con un corporativismo asqueroso