Cada año, cerca de finalizar el verano, los jóvenes en Noruega celebran cada año el «dødsing«, que es lanzarse todo lo mal que sea posible desde 10 metros de altura a una piscina, cuyo origen se remonta a finales de la década de 1960 –en aquella época, los jóvenes de Oslo se juntaban en una piscina con una torre desde la que los más atrevidos se lanzaban para impresionar a las chicas, y con los años, la actividad pasó a formar parte de la contracultura frente a los nadadores tradicionales–
Sinceramente y aunque no lo aparenten, las ostias que pegan contra el agua parecen ser épicas ¿no creen?