Estamos viviendo en un mundo donde la verdad en el sentido informativo de comunicar un hecho a un receptor de la manera más clara y objetiva posible se está convirtiendo en un bien escaso o una especie en extinción. Las líneas editoriales de los propietarios de los medios de comunicación imponen su sello, ,imponen su criterio, imponen su tamiz e incluso la más vil y mezquinas de las censuras, aparte de todo tipo de sesgamientos para condicionar al sujeto al que le llega la información para que este se convierta en acólito del medio en cuestión con independencia del formato, sea prensa, TV, radio o internet, no buscan informar buscar adoctrinar para luego convertirlos en clientes de los financiadores finales.
Es decir ya no se publica un artículo para informar sino realmente para vender, da igual lo que se diga, cómo se diga, la verdad o la veracidad o la objetividad pasan a un segundo plano, el comunicador se mete en la noticia y la contamina totalmente con su subjetividad, porque este lo que persigue es que se piense como él con independencia de la realidad del suceso o lo sucedido.
El poder judicial mundial no puede hacer nada salvo casos de flagrante delito porque las noticias salen de un sitio y se expanden como virus y en la misma expansión se difumina la realidad de lo sucedido, al final llega al receptor y este puede percibir una tremenda injusticia como un acierto político, o un acierto político como una tremenda injusticia, si se mueve en mercados financieros puede ver su inversión arruinada por un bulo corrido en cadena, es decir vivimos en un fango informativo donde muy determinadas manos sacan un rédito impresionante.
No hay más que oír a nuestros políticos hablar y faltar a la verdad todos los días, tratándonos como si tuviésemos la memoria de los peces, diciendo que si a una cosa que ayer dijeron que no y viceversa, manipulando datos a capricho, sesgando la información según les encaje en su ideario o programa electoral, nuestras autoridades públicas que ni en público dicen la verdad.
No se puede denunciar a todo el mundo por todo porque entonces tendríamos que multiplicar los juzgados y crear nuevos para este tipo de delitos. Por de pronto vamos en un muy mal rumbo tanto a nivel local, como estatal como internacional, la mentira (fake-news) se estandariza, se está convirtiendo cada vez más en norma y menos en excepción, tomen un diario digital el que sea es indiferente, lean la noticia y vean si es de agencia o de autor, contrastenla y al final con lo que nos quedamos es con mas dudas, con la necesidad de acudir a otras fuentes para resolverlas.
Los medios de comunicación no venden verdades a sus usuarios, venden lo que quieren ver , leer y oír porque la verdad no fideliza, si todos los medios vendieran rigurosamente la verdad el mercado de la información estaría muy repartido y sería difícil ganar dinero en él, no me voy a ir a ejemplos actuales para no crear controversias, vámonos a aquella España de Luis del Olmo por la mañana, de Encarna Sánchez por la tarde y de Jose María García por la noche. Ellos llegaron a ser los dueños de la información en su ámbito, decían lo que querían y cómo querían, condicionando a todo el mundo, mezclando verdades con tremendas falacias y opiniones personales de simples periodistas pero que claro debido a su poder mediático eran tomados como doctores.
Hoy pasa exactamente lo mismo pero claro hay muchos Luises del Olmo, muchas Encarnas Sánchez y muchos Joses Marias Garcia y como estúpidos nos creemos que vivimos en democracia , que estamos gozando de una pluralidad de opinión, libertad de expresión y visiones de la realidad objetivas y veraces, no señores no, pensamos como los dueños de los medios de comunicación quieren que pensemos , y quien crea que no , es aún más estúpido que quienes al menos tenemos la humildad de reconocerlo.
Texto personal / esquema : RAND CORPORATION