No todo es color de rosa en un día cuyo principal culmen es el consumismo puro y duro frenético frente a las innumerables ofertas de todo tipo que se nos presentan a todo trapo en los medios –amén de las excelentes campañas de marketing expuestas– y donde parece que todos ganan; por un lado, los clientes pueden comprar determinados artículos a precios más bajos de lo habitual de cara a adelantar compras navideñas –siempre viene bien ahorrarse unos eurillos– los comercios –algunos hacen su particular agosto-, las agencias de transporte que se ven beneficiadas por el auge del comercio online y el incremento de movimiento de productos, etc etc.
Pero no siempre es así, la triste realidad es que en ocasiones hay perjudicados y damnificados, como por ejemplo el pequeño comercio, pues mientras la Gran Vía madrileña se llena de globitos, Madrid pierde 400 tiendas pequeñas al año, estimándose ya unos 14000 locales comerciales vacíos en la capital, o los trabajadores de ciertas empresas –que presionados por jornadas maratonianas, excesivas obligaciones y responsabilidades pero bajos salarios– ven éstas fechas la oportunidad de realizar huelgas como forma de presión para mejorar sus condiciones laborales, o incluso el consumidor ávido pero inteligente, que como cita la imagen de cabecera de éste articulo obtenida de vozpopuli, descubren con estupor como los precios de ciertos productos en seguimiento se han encarecido de un día para otro, siendo ahora más caros pese a contar con supuestos descuentos «Black Friday«, tal y como denuncian los consumidores y pueden leer íntegramente en su fuente original pulsando aquí o visitando https://is.gd/UcEgt8