Malasia asegura que se ha convertido en uno de los principales puertos de descarga de residuos plásticos contaminantes desde que China prohibiera su importación a finales de 2018 –según datos de Greenpeace, las importaciones de residuos en Malasia se han multiplicado, siendo Japón, Estados Unidos y el Reino Unido los principales exportadores entre enero y julio del pasado año–
Para evitar el envío de desechos tóxicos y material difícil de reciclar a dicho país, sus autoridades han reformado varias leyes con el objetivo de implementar una mayor protección medioambiental y restringir su importación, logrando también el cierre de 150 plantas ilegales de reciclaje desde julio de 2018 ubicadas en su territorio.
Malasia también ha devuelto a España varios contenedores cargados de plástico no reciclable después de que las autoridades detectaran que los residuos fueron mandados ilegalmente al país, según confirmó a la agencia EFE fuentes del Ministerio malayo de Energía, Medioambiente y Cambio Climático.