José Luis Martínez-Almeida, flamante nuevo alcalde de Madrid, quiere organizar unos Juegos Olímpicos en la capital española para 2032. Se suma así a la holgada lista de políticos y dirigentes madrileños que anhelan albergar la cita olímpica, escaparate del deporte universal, y que condujeron a Madrid a tres derrotas consecutivas en la elección de la sede. Las amargas resacas de 2012, 2016 y 2020 no han servido para desterrar definitivamente una idea que ahora mismo, de nuevo, vuelve a estar sobre la mesa.
El problema es que no siempre sale bien –se sabe que el turismo cae durante el año olímpico, y que la marca-ciudad no siempre se revaloriza, de ahí que cada vez más urbes duden– y la factura, además, siempre excede lo previsto porque el sobrecoste medio por organizar los Juegos se estima que supera el 152% –recordemos que Barcelona invirtió un 266% más de lo previsto y Montreal bordeó la ruina con gastos un 720% superiores a los presupuestados originalmente–
Organizar unos JJOO puede hipotecar el futuro de cualquier ciudad, por grande que sea, a medio plazo, y genera desigualdades inevitables en la estructura social de la urbe; el mero hecho de iniciar una candidatura ya obliga a desembolsar más de 100 millones de euros al COI. Londres tiene el triste récord de haber sido los Juegos Olímpicos más caros de la historia hasta la fecha tras gastarse más de 15.000 millones de euros en su organización, lo que confirma que el gasto siempre va al alza: la factura por albergar los Juegos Olímpicos –cada vez más diversos y complejos– siempre ha crecido edición a edición desde 1960.
Fuente: magnet.xataka.com – https://is.gd/QLW5fX