Si la banca española no se convierte en el producto estrella del segundo semestre al menos por parte de los gestores institucionales españoles para por lo menos llamarle la atención sobre el sector a los internacionales esto va a ser un querer y no poder y encima viendo como los demás van subiendo y nosotros quedándonos atrás como el gordito del pelotón de reclutas.
No creo que sea mucho pedirle al sectorial que ascienda a máximos anuales para disipar temores de desplomes a mínimos del 2016, aún así tendría una etiqueta técnica de «peor que mercado». Como os insertamos en el siguiente gráfico ilusiona una divergencia alcista de fondo, que nos viene a decir que los precios del bancario han bajado no porque se haya vendido sino porque no se ha comprado. Creemos que tal divergencia debería dar para mucha más subida pero vamos a no vender ni motos ni humo.