El caso de la lista Falciani ha servido para condenarlos esta semana e ingresarlos en la cárcel; no porque los vástagos del fundador de Rumasa formaran parte de esa conocida lista de presuntos evasores fiscales, sino porque en el proceso en el que recientemente han sido condenados, resulta aplicable la doctrina del Tribunal Supremo a propósito del caso conocido como «la lista Falciani«.
El fallo sentenciado por la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ha condenado a los 6 hermanos a penas de entre dos años de cárcel y un año y nueve meses, además de hacerse cargo de una indemnización de 12,7 millones de euros por un delito de estafa agravada por la compra del hotel Eurocalas en Mallorca. Los magistrados consideran que los Ruiz-Mateos engañaron al vendedor del hotel mallorquín ofreciendo en garantía otro hotel –el hotel Cervantes, en Torremolinos– ocultando la existencia de un gravamen hipotecario sobre el mismo, lo que hacía que la garantía ofrecida fuera «inviable e ineficaz«.
Durante el proceso, la defensa de los Ruiz-Mateos ha tratado de devaluar las acusaciones sosteniendo que los hijos de José María Ruiz-Mateos –fallecido en septiembre de 2015– no tenían responsabilidad ni cargos en las empresas del grupo Nueva Rumasa, y que eran solo «meros comerciales», ya que seguían siempre y en todo momento las instrucciones dadas por su padre.
Sin embargo, además de por informes localizados en registros de la mansión que tenía la familia en la urbanización madrileña de Somosaguas, la participación de los seis hermanos en la gestión de las empresas de Nueva Rumasa queda demostrada por documentación entregada por Joaquín Yvancos, quien fuera abogado de Ruiz-Mateos durante cerca de dos décadas, pese a que sus defensas ha sostenido que dicha prueba debería ser nula bajo el amparo de «revelación de secretos«
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