El caso del Prior que se cree el dueño del Valle de los Caídos y de la sagrada tumba del Generalisimo. Manda narices con este señor y algunos dicen que respetan su postura cuando él pasa olímpicamente del poder judicial, legislativo, ejecutivo español y hasta del religioso de la curia vaticana, porque desde allí el segundo del Papa le ha dicho que se quite de en medio en este asunto asumiendo un protagonismo propio de un acólito y buen hijo del régimen anterior y la Iglesia debe ser neutral con el gobierno civil.
Además sus simpatías políticas de toda la vida le delatan él no tiene más argumentos que el de hacer proselitismo manteniendo al caudillo en su mausoleo . Se respeta a quien respeta y este señor no respeta a la ciudadanía española, las sentencias se acatan aunque no gusten, si no gustan hay libertad de expresión para decirlo, pero no oponerse a la acción de la justicia.
Aunque por otra parte no se puede dejar de reconocer que hay mucho de circo electoral también en este asunto de la exhumación final de los restos del dictador para ser trasladado a otro cementerio, otros siguen enterrados donde están; en las cunetas y fosas comunes donde se celebraban juicios sumarísimos, juicio, condena y ejecución todo en un mismo acto. Una cosa es no malear la memoria histórica y otra caer en la amnesia o faltar al honor a los muertos que ya no se pueden defender como las trece rosas.
Quizás habría que llevar al valle los caídos esta otra tumba anónima un paredón de fusilamiento de unas jóvenes con ideales opuestos al régimen que por cierto no era democrático ni social ni de derecho. Es que oyendo a algunos parece que fue el medio siglo de las luces o el renacimiento español.