El concepto de recolección de energía solar en el espacio fue popularizado por el autor de ciencia ficción Isaac Asimov en 1941 e incluso en 1968, Peter Glaser, un ingeniero aeroespacial estadounidense, escribió una propuesta formal para un sistema factible solar en el espacio.
Actualmente China es uno de los países lideres en recolección de energía solar tradicional e incluso tienen desde 2008 un programa de investigación para la recolección de energía solar basada en el espacio, lo que se considera en si mismo un ingente desafió tecnológico porque implica el lanzamiento e instalación de numerosos módulos de paneles solares en el espacio así como la transmisión inalámbrica eficiente de dicha energía obtenida.
En los últimos años China ha llevado a cabo una serie de avances importantes en la transmisión inalámbrica de energía y en la actualidad está construyendo una base de pruebas en Bishan, al suroeste del país, con vistas a probar sus avances de transmisión inalámbrica de energía de alta potencia y su impacto en el medio ambiente. La Academia de Tecnología Espacial de China (CAST) prevé incluso que una estación espacial de energía solar de 1 megavatio esté operativa para 2025, la cual capturaría la energía del sol que no llega al planeta, convirtiéndola en microondas o láser para luego transmitirla de forma inalámbrica a la superficie de la Tierra para su aprovechamiento.
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