Todos los clientes eléctricos españoles llevan más de una década pagando con su recibo eléctrico ayudas millonarias a la gran industria. Unas ayudas que sirven para contener los costes energéticos que soportan las grandes fábricas y, a cambio, garantizar la seguridad de suministro y evitar desajustes que provoquen presuntas subidas del precio de la luz.
Se trata del denominado «servicio de interrumpibilidad«, un mecanismo cuya presunta finalidad es garantizar que grandes fábricas pararán y dejarán de consumir electricidad –o bien reducirán su consumo– si hay picos de demanda u otras incidencias que supongan un riesgo para el suministro o puedan provocar subidas disparadas de los precios eléctricos. Se trata de un seguro, de un «por si acaso«, y los clientes normales pagamos por esa garantía… ¿Cuánto? Este año, casi 200 millones de euros.
Las ayudas –que desde el sector industrial no se consideran como tal y se insiste en que se trata por el pago de un servicio– se reparten mediante un sistema de subastas… unas pujas en las que las fábricas presentan sus ofertas a la baja sobre el precio que están dispuestas a cobrar por parar las fábricas en caso de ser necesario.
Las dos subastas que se han celebrado para cubrir el citado servicio este año se saldaron, respectivamente, con adjudicaciones de potencia por 101 millones y 95 millones de euros, respectivamente. En total ,196 millones de euros a repartir entre unas 120 fábricas electrointensivas, singularmente de los sectores de la metalurgia y la siderurgia. Gigantes como ArcelorMittal, Asturiana de Zinc y durante años también Alcoa se encuentran entre los beneficiarios.
No obstante, el de este año es el menor importe adjudicado desde que se puso en marcha el sistema de ayudas, pues lleva varios años acumulando caídas. En 2018 se adjudicaron 316 millones de euros, en 2017 unos 525 millones y en años anteriores las cifras rondaban siempre los 500 millones anuales.
Curiosamente, la necesidad de utilizar el servicio durante todo este año ha sido mínima. Las fábricas acogidas al servicio de interrumpibilidad sólo han tenido que parar 3 horas en lo que va de año, según confirman fuentes conocedoras de unos datos que son tratados por los gestores del sistema eléctrico como confidenciales.
Durante la década en que el servicio de interrumpibilidad ha estado funcionando el coste asumido por los consumidores es milmillonario; Los clientes hemos pagado entre 2008 y 2019 a través de nuestros recibos de luz unos 5.258 millones de euros a la gran industria, según datos de la extinta Comisión Nacional de la Energía CNE y de la actual Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia CNMC –éste última organismo ha arremetido contra el secretismo que gira en torno a este sistema y solicita que Red Eléctrica o el Gobierno hagan pública información sobre el uso efectivo del servicio de interrumpibilidad de manera periódica–