Se trata de la deuda global y la población mundial, las dos seguirán inflándose y para poder resolver el problema se tendrá que permitir un estallido generalizado de una crisis sin precedentes históricos y de proporciones bíblicas, no estoy jugando a ser profeta para nada, odio ese papel y siempre critico a quienes les gusta el avatar de oráculo de Delfos económico financiero porque lo normal es que hagan el más absoluto de los ridículos a más categóricos y taxativos son en sus afirmaciones.
Esto que comento hoy no son vaticinios ni malos barruntos son dos realidades que están ahi y que van a estar acompañándonos en los próximos decenios complicando la vida en el planeta Tierra a todos sus habitantes menos claro está a una élite que ya están a salvo en su burbuja. No hay que ir de Nostradamus para saber que al nivel de crecimiento de deuda y población no hay dinero ni planeta que aguante y lo que es peor , no ponemos solución a nada.
Los bancos centrales no están fomentado una reducción gradual de la deuda ni pública, ni corporativa, ni privada y de ningún tipo, se están dedicando a insuflar dinero al sistema para que este no vuelva a tener las crisis cíclicas habituales y los gobiernos del mundo que más contaminan no entran en reflexión que sin ellos el planeta lo vamos a pudrir y vamos a tener que comer productos transgénicos para sobrevivir con más componentes químicos tóxicos que alimentarios reales. Pasan los años señores y no es que reduzcamos el problema es que lo hacemos más grande.
Y lo más simpático es que queremos robotizarlo todo, sustituir la mano de obra en todo lo que podamos para optimizar los costes mercantiles, al final a quien le vamos a vender lo que las máquinas fabriquen ¿les cobraremos la seguridad social y el IRPF? ¿le cobraremos a las empresas el 80% en concepto de impuesto de sociedades?-. Cuando sea que estas dos bombas estallen y se nos vaya la situación totalmente de las manos toda una generación de varias geolocalizaciones sufrirá un regulación demográfica maltusiana, es decir víctima de los cuatro jinetes del apocalipsis: las guerras comerciales , la tecnología, el hambre y el cambio climático.
No se ni como ni cuando va a suceder nada pero si se que no saldremos de la próxima gran recesión en muchísimo tiempo en occidente. Por el momento tranquilos nosotros en nuestro sillón, los mercados no se van a caer porque la euforia no se ha instalado en las plazas bursátiles. Es más todo lo contrario la desconfianza en la renta variable es el viento en popa para las bolsas. Ojo y correcciones en cualquier momento oiga no vaya a confundir nadie la gimnasia con la magnesia.