Si todo sale según lo previsto, éste mismo fin de semana China habrá construido un hospital en apenas 10 días que tendrá una capacidad de alrededor de 1.000 camas para combatir el coronavirus en la ciudad de Wuhan, y quieren construir un segundo en breve. De hecho, podemos ver en directo el avance de la construcción pulsando aquí … pero ¿cómo es posible que puedan construir semejante arquitectura en tan poco tiempo?
Salvando las distancias, la historia ya nos ofrece una pista de lo que el pueblo chino es capaz de conseguir. No en vano, cada año acuden en peregrinación al país cientos de arquitectos en busca de inspiración o simplemente para descubrir una de las grandes obras arquitectónicas de la historia, esa que se extiende más de 21.000 kilómetros y que empieza en la frontera con Corea, atraviesa todo el desierto de Gobi y que, por compararla en tamaño, podría equivaler hasta cinco veces la longitud de Estados Unidos. Hablamos de la Gran Muralla China, y aunque se tardó más de 200 años en construirse la monumental barrera defensiva, fue la primera prueba aún en pie de la capacidad de construcción del país. En cualquier caso, aquello se trataba más que nada de demostrar poder frente al extranjero.
Con el paso de los siglos han cambiado muchas cosas. Para empezar, los materiales de construcción, algo que explica cómo ahora somos capaces de levantar auténticas moles de hierro en cuestión de semanas o incluso días.
Contaba esta semana Yanzhong Huang, investigador principal para la salud mundial en el Consejo de Relaciones Exteriores, que China “tiene un historial de hacer las cosas muy rápido, incluso para proyectos monumentales como el hospital de Wuhan”. Según Huang: «Es un país autoritario que se basa en un enfoque de movilización vertical, de arriba hacia abajo. Pueden superar la naturaleza burocrática y las limitaciones financieras y pueden movilizar todos los recursos. El trabajo de ingeniería es en lo que China es bueno. Tienen registros de la construcción de rascacielos a gran velocidad. Esto es muy difícil de imaginar para los occidentales. Pero se puede hacer.«
En realidad no hay que mirar mucho más atrás en el tiempo, porque parte de la dificultad de la construcción en Wuhan ya se resolvió en el año 2003, cuando Beijing construyó el Hospital Xiaotangshan para acomodar el gran número de pacientes que mostraban síntomas de SARS en un tiempo record.
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