Acostumbrados a que la derecha convierta las políticas de estado en un indescriptible aquelarre de bajezas, a estas alturas ya nada debería sorprendernos. A fin de cuentas son los que mintieron a los familiares de la tragedia del Yak-42 y les entregaron quién sabe qué residuos en lugar de los restos de sus seres queridos. Los mismos que mintieron en la negligencia homicida del metro de València y los mismos que mintieron —durante años— acerca de la autoría del atentado más sangriento de la historia de España.
Así que nada nuevo bajo el sol. Si no han tenido nunca el mínimo respeto por los muertos del pasado, ¿por qué lo iban a tener por los del presente? Y estos días, ante la tragedia del coronavirus cuyas víctimas mortales se contarán por miles o decenas de miles, su preocupación y pasatiempo es escribir una nueva página en la historia de la ruindad y perseverar en su hundimiento moral hacia un abismo del que no se avista el fondo.
Pero en esta ocasión, en su iniquidad hay algo nuevo y distinto: ya no se trata únicamente, como antaño, de aferrarse al poder por cualquier resorte o de tratar de recuperarlo por medio de las peores artes. Y tampoco se trata solo de ocultar bajo su catarata de deslealtades e infamias su responsabilidad en el estado actual de la sanidad. Resulta obsceno escucharlos quejándose por la falta de camas que ellos desmantelaron, por la falta de profesionales que ellos despidieron y por la falta de recursos que ellos despilfarraron o directamente robaron. Y es trágico que sea justamente Madrid, el territorio donde el experimento neoliberal de desguace de la sanidad pública alcanzó las peores cotas, donde más se esté sufriendo los embates de la enfermedad.
Solo en la Gurtel y la Púnica se verificó el robo de 620 millones de euros, muchos de ellos directamente vinculados a la gestión de hospitales. ¿Cuántas mascarillas se compran con esa cantidad? No es una cuenta difícil: 200 millones. O 100 millones de gafas, o 65.000 respiradores. También 30.000 camas para la UCI, o cinco hospitales completos. Son números que en este momento de máxima necesidad deberían producir algún tipo de reflexión. Probablemente los sanitarios que hoy se contagien y mañana quizá mueran se conformarían con bastante menos.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando millones de soldados regresaron a sus hogares, las élites europeas tenían claro que deberían hacer concesiones importantes para evitar levantamientos sociales. Toda una generación que había estado luchando por sus países no iba a tolerar regresar al sistema de máxima desigualdad de los llamados felices veinte. Se adoptaron entonces, en apenas una década, avances absolutamente revolucionarios tomados de la experiencia del New Deal estadounidense.
Para que nos demos cuenta de la magnitud de estos cambios, solo en los seis años de este experimento socioeconómico de Roosevelt, se reforzó el papel de los sindicatos, se introdujeron los derechos de trabajadores y consumidores, la Seguridad Social, el seguro de desempleo y las jubilaciones. En 1945, en solo una legislatura, Gran Bretaña nacionalizó las minas, la siderurgia, la electricidad, el gas y el transporte aéreo, creó el Sistema Nacional de Salud e instauró una fiscalidad progresiva. Se impulsó la educación pública, se nacionalizaron bancos y en Francia, en 1950, se estableció el salario mínimo.
Hay una pregunta que flota en el aire como una amenaza para el actual modelo de negocio parasitario: ¿qué haremos con los soldados actuales -los sanitarios- cuando termine la guerra? … La comparación resulta muy pertinente y es la verdadera razón que explica el comportamiento fratricida de las derechas españolas en estos días porque hay una pregunta que flota en el aire como una amenaza para el actual modelo de negocio parasitario de las grandes fortunas y las multinacionales: ¿qué haremos con los soldados cuando termine la guerra?
Hasta no hace nada las enfermeras acumulaban contratos precarios por miles. Alba, de Lugo, firmó 400 en nueve años para el servicio gallego de salud. Jorge, de Santiago, firmó 300 en cinco años. Años sin días libres, ni vacaciones, ni bajas. Hoy les imploramos que se incorporen a sus trabajos para jugarse la vida por nosotros. Muchos de estos “soldados” sin duda morirán. ¿Y los que sobrevivan? ¿Regresarán, cuando la guerra termine, a esa insoportable situación de abuso laboral? ¿Les dirán “ya te llamaremos”? ¿Bastará con los aplausos para agradecerles su sacrificio?
Las cajeras y reponedoras que hoy son soldados no firmaron ningún contrato de soldado. Ni en las condiciones laborales se estipulaba que tenían que jugarse la vida atendiendo a cada cliente. Pero así es la vida del soldado sobrevenido. ¿Seguirán con sus míseras condiciones cuando todo termine? ¿Se les recompensará su dedicación y sus mártires con una palmadita en el hombro? ¿Volverán a ese minúsculo piso de alquiler por el que pagan más de la mitad de su sueldo? ¿Seguirán aceptando un país que no es capaz ni de garantizar el derecho a un techo aceptable?
Aquellas que son madres y apenas pueden ver a sus hijos a lo largo del día por causa de sus jornadas laborales eternas y su imposibilidad de conciliar, ¿regresarán alegremente a sus extenuantes trabajos con la satisfacción del deber cumplido? ¿Tendrán que seguir pagando los libros de primaria como si fuesen manuales de la universidad? ¿Y las guarderías? ¿Y los comedores? ¿Sus descuentos en el IRPF por cuidado de hijo seguirán ascendiendo a la exorbitante cifra de 100 euros mensuales? ¿Tendrán que seguir jugándose el puesto de trabajo cada vez que su bebé tenga unas décimas de fiebre y no tengan dónde dejarlo? ¿Esos bebés de cuatro meses de edad tendrán que seguir pasando ocho horas al día en guarderías porque nadie puede cuidarlos? ¿Qué clase de país desatiende así a sus criaturas más desvalidas?
En España se privatizaron las residencias de nuestros mayores para ofrecérselas a la gestión de los fondos buitres. Ya antes de la pandemia veíamos semana sí y semana también ejemplos de desatención, agresiones físicas, desnutrición, falta de higiene y abandono. Con precios por cierto, que no están al alcance de cualquiera. Un dependiente en Grado IV no paga menos de 1.800 euros en una residencia. ¿Cuántas familias pueden permitirse eso? ¿Y para que encima los maltraten? Estos días los ancianos viven con absoluto terror a morir solos, arrumbados en los pasillos de esos hospitales atestados que purgan la falta de camas y recursos por la irresponsabilidad criminal de los políticos que más vociferan.
¿Qué ocurrirá cuando la guerra termine? ¿Volverán a su desdicha cotidiana? Ayer mismo aparecieron cadáveres abandonados en las camas de las residencias. Cadáveres tirados, por si hay que decirlo dos veces. ¿Qué dice eso de la sociedad que los abandonó allí? ¿No debería un país que se precie a sí mismo garantizar que nuestros mayores vivan sus últimos días con dignidad y respeto? ¿Qué hace un servicio tan esencial y que exige de tanto mimo y cuidado en manos de especuladores sin escrúpulos? ¿Es que es tanto pedir? ¿Qué somos? ¿Seres humanos?
Apreciamos al ejército en sus tareas humanitarias. La población los aplaude al pasar. Nos sentimos orgullosos de ellos cuando apagan incendios, cuando colaboran en catástrofes climáticas, cuando se enfrentan contra el virus, cuando acogen y cuidan a los sin techo. ¿No podría ser esta siempre su ocupación? ¿Qué ocurrirá cuando esto termine? ¿Volverán a sus cuarteles? ¿No se sentirían mejor ellos mismos desenvolviendo estas tareas cotidianamente y continuando esta relación cercana y útil con la sociedad a la que pertenecen? ¿No debería ser el combate contra la pobreza el más noble combate?
Hoy, cuando se desvela en toda su crudeza la precariedad que padecemos en aspectos clave de nuestra existencia, cuando rogamos para que empresas de beneficios exorbitantes u otros países nos donen mascarillas de tela, ¿seguiremos tolerando los gastos ostentosos y absolutamente prescindibles? El modelo español de desarrollo, instaurado por Felipe González y que básicamente nos convirtió en un país de servicios, se muestra ahora en nuestra absoluta incapacidad para fabricar siquiera lo más nimio y básico. ¿Cuántos de estos muertos de hoy, cuántos de estos contagios a sanitarios, no se deben a haber destruido nuestra industria manufacturera? ¿No deberíamos poder garantizarnos a nosotros mismos los servicios esenciales? Estas y otras preguntas serán las que se planteen cuando la guerra termine. ¿Qué hará este país por sus soldados? ¿Los abandonará a su suerte? ¿Lo permitiremos?
Hace unos días el diario Expansión se preguntaba: “¿El virus nos volverá a todos comunistas?”. En los días del hundimiento bursátil, los fondos buitre que este diario jalea, amasaron beneficios escandalosos con instrumentos sofisticados que atacan a los propios mercados donde operan. ¿Cómo es posible que tales prácticas sean legales, incluso admiradas, cuando tendrían que ser consideradas un delito de lesa traición?
El coronavirus ha dejado al descubierto de una manera palmaria un sistema socioeconómico bárbaro e inhumano. Y, además, ineficiente: incapaz de proveer siquiera de objetos tan banales como unas piezas de tela, unas batas de plástico o unas gafas. El coronavirus puede poner de manifiesto la importancia de las relaciones personales, la necesidad de proteger y ampliar los ámbitos comunitarios, las relaciones económicas de cercanía, la obligatoriedad de que el estado, como forma organizativa de la sociedad, se responsabilice directamente del bienestar de sus ciudadanos.
Con un país paralizado y en shock, los trabajadores públicos sostienen el muro de defensa contra la barbarie. ¿Tendrán que seguir soportando, cuando esto termine, los ultrajes permanentes alentados por los carroñeros de lo público y que se les considere como “privilegiados”? Los docentes que educan en jornadas agotadoras y ahogados en un océano de burocracia, ¿son privilegiados? ¿Lo son quienes atienden a la multitud de desempleados? Cuidadores, trabajadores sociales, telefonistas de números de emergencias, conductores de ambulancias, celadores, sanitarios, bomberos… ¿Todas privilegiadas? ¿Todos privilegiados?
Tras la segunda guerra mundial se implementaron avances sociales infinitamente más ambiciosos cuya influencia pervive en nuestros días pese a décadas de destrucción neoliberal. Aquellas políticas llevaron a los europeos a vivir el período de bienestar e igualdad más importante de su historia. La velocidad y el arrojo con la que se actuó entonces contrasta vivamente con los misérrimos retos de nuestro presente. Si entonces, en cuestión de meses, modificaron el curso del siglo XX, hoy se necesitan legislaturas para subir unas décimas pensiones de miseria o aumentar apenas unas semanas el permiso por nacimiento de hijos y que, aún así, siga siendo de los más tacaños de Europa.
El combate por impedir otro mundo posible ha empezado y esa tensión que todavía es soterrada ya se percibe. A un lado, una ciudadanía que comprende que debe prestar más atención a lo esencial, a lo que sostiene la vida. Al otro, los beneficiarios de ese modelo inhumano y sus lacayos (los Casado, los Díaz-Ayuso), que no pierden ocasión en ponderar las virtudes de “la colaboración público-privada” y en alabar las minúsculas donaciones de empresas a las que querrán convertir, cuando todo termine, en poco menos que en nuestros salvadores. Empresas que en algunos casos tienen comportamientos tan edificantes como el de LM Wind Power en Ponferrada, quien forzó a sus trabajadores a adelantar sus vacaciones con el compromiso de efectuar un ERTE, y después de que estos “las disfrutasen” rompió unilateralmente el acuerdo.
De ahí la fiereza salvaje de la derecha y toda esa cloaca de veneno que incansablemente vierten en sus medios de comunicación. No están batallando únicamente por el poder, sino porque todo permanezca del mismo modo insoportable. O, como mucho, que a los muertos se les haga un concierto homenaje. Están batallando por el futuro. Por su futuro y contra el nuestro. Tienen suerte algunos, sin embargo, de que la guerra que dicen que libramos no sea más que una metáfora. Porque en tiempos de guerra los saqueadores son condenados a la pena capital.
Fuente y articulo completo: Alvaro Minguito – elsaltodiario.com
https://elsaltodiario.com/coronavirus/verdadero-enemigo-diaz-ayuso-pablo-casado
https://invertiryespecular.com/2018/06/28/la-culpa-fue-del-cha-cha-cha-perdon-de-zapatero/?hilite=%27culpa%27%2C%27fue%27%2C%27zapatero%27
Y que a lo mejor la solución de la derecha no fue tan mala https://www.libremercado.com/2012-12-11/los-hospitales-de-gestion-privada-son-un-27-mas-baratos-1276476537/
Si el estado ahorra dinero en sanidad malo para los españoles … y si privatizas los colegios también .. ese es el problema de privatizar … no hay que privatizar servicios públicos, HAY QUE GESTIONAR LO PUBLICO COMO UNA EMPRESA PRIVADA.
No se en tu lugar de residencia pero aquí los médicos y especialistas si les pasa algo grave van a la salud publica y todos ellos trabajan «también» para la privada.
El PP siempre ha perseguido no la sanidad pública, sino privatizar lo mejor de ella … lo más rentable, lo costoso, lo que no renta, que se lo coma el estado y los que no puedan que tengan acceso a una sanidad publica expoliada, casi de tipo beneficencia y para urgencias vitales.
Que gran artículo Antonio. Gracias por difundirlo.
Brutal .. el kuko lo bordó con este artículo .. me revuelven las tripas los del PP queriendo dar clases de gestión de desastres y ponerse como ejemplo de nada .. por diosssssssss tenían que estarse callados y decir en qué pueden ayudar … Ayuso tiene un pedido perdido en el limbo con una millonada por no pedir en coordinación con el Gobierno aunque sea para bajar precio y ganar seguridad .. todo por querer brillar ella más que el presidente del gobierno para que la gente viese cómo se gestiona la crisis … Ayuso y Almeida parece que tienen medio, periodista, cameraman y fotografo de cámara .. a donde quiera que se muevan foto , foto, foto, foto aquí, foto alla, foto con los viejos, foto en los centros , foto, foto, foto .. a los minutos desaparecen de escena como evaporados cuando los periodistas quieren preguntar ya no están como no aprovechen y le caigan en tromba antes de irse corriendo … eso en todas las CCAA y también los gobierno nacionalistas .. que a esos hay que echarle de comer aparte también en el terreno asistencial … porque la patria para un nacionalista va antes que el bien común de los ciudadanos, para la patria lo que haga falta sin escatimar en nada .. para el bien común todo medido y escatimado. Hoy los catalanes se estarán preguntando cuantos respidaores y otra material sanitario esencial se ha ido para embajadas y embajadores catalanes por el mundo y sobre todo si pasa esto en una pandemia global quien los va a ayudar .. no se .. creo que COVID19 y lo vengo diciendo va a señalar culpables y nos hará recapacitar a todos en materia de gestión de lo público.
Saludos.
En Asturias funciona mejor la sanidad pública,con los impuestos confiscatorios que pagamos, que menos. Pero nunca hay plazas en los colegios concertados, porque funcionan mejor, y la corrupción del PSOE enorme, yo pido cuentas al PSOE, que siempre goberno Asturias y ahora igual de mal,a España, no busco las culpas del PP ahora, y si las buscase encontraría más M en el PSOE, que da tantas lecciones, de cualquier cosa https://www.actuall.com/criterio/democracia/el-psoe-se-lleva-la-palma-en-el-ranking-de-la-corrupcion-con-los-3-500-millones-de-andalucia/
Claro .. toda la razón .. pero no te olvides que en este país se han pasado herencias podridas unos a otros desde la transición. Los culpables son los dos , y si en las CCAA ha mandado uno o casi siempre uno ese es a quien hay que pedirle cuentas .. que la sanidad está transferida hace muchos años a las CCAA.
Publicaré la gráfica pero son todos los que están pero NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON … madre miaaaaaaaa faltan decenas y decenas de casos y piezas a todos ehh menos urdanga que por ese dinero no debería estar ni ahí … jejeje me ha hecho gracia .. muy bien .. saludos.
Estoy vacunado de la clase política en general desde hace tiempo y no me creo nada de nada de ningún político. Ni del PP ni del PSOE ni de ningún otro. Son el mismo perro con diferente collar. La única verdad es que mientras entán en la oposición se dedican a tirarse los trastos para desgastar al otro con la única idea de agarrarse a lo que les importa de verdad, «LA POLTRONA». EL CIUDADANO LES IMPORTA UNA MIERDA, CON PERDÓN POR LO DE CIUDADANO.
Lamento comunicarte que no estás vacunado nos pasa exactamente lo mismo a mucha gente y también creímos estarlo … hay que votar MASIVAMENTE EN BLANCO no a VOX como castigo a los políticos .. en su día votaron a PODEMOS y mira .. VOX y mira .. en BLANCO LOS INDIGANDOS HACEMOS MAS DAÑO , SI NADIE NOS REPRESENTA POR LO MENOS QUE LO SEPAN. Saludos
Con todos mis respetos. Dejaros de izquierdas y derechas y de rojos y azules que es precisamente lo que quieren. Mientras haya esa división ellos seguirán viviendo a cuerpo de rey. Para eso están los colores, las leyes de género, los nacionalismos y demás… para desviar la atención del verdadero problema: EL SISTEMA POLITICO Y DE GOBIERNO. Aún no he visto salir a la gente a la calle por esto:
https://jiv8.wordpress.com/2014/01/17/el-recorte-que-pide-bruselas-y-toda-espana-a-gritos/
De todo corazón y desde el respeto… dejar de entrar en su juego e ir a por ellos sin tener en cuenta el color. El «tú más» es su mayor baza.
Un saludo.
Más razón que un santo y claro que lo paso.
Ya empezó la campaña de demagogia de el social comunismo y Sánchez el enterrador para quitarse los muertos de encima. Nunca mejor dicho.
recuerdo las manifestaciones de los que llamamos hoy heroes pidiendo al gobierno de esperanza aguirre mas medicos mas camas, mejorar las sanidad publica, y esperanza aguirre la desmantelaba mientras pagaba a santiago abascal 225.000 euros por no hacer nada
Y de aquellos barros estos lodos … también muchos creímos en Podemos y ahora resulta que se han convertido en lo que criticaban ..pues nada voto en blanco y que hagan lo que les de la gana yo veo que tras esta crisis sanitaria , social y económica los responsables públicos tienen que pasar por el juzgado de lo social como lo haría el dueño de una clínica con el fuerte inventario de infracciones en materia de recursos humanos. Saludos.
Error votar en blanco, si lo haces estás beneficiando a los grandes. Hay que votar nulo. Tampoco vale no votar por la misma razon.Existen en youtube videos que explican a donde va el voto en un caso u otro.
Deacuerdo con viajero esto no va de rojos azules o naranjas, de eso trata la politica que tenemos…a rio revuelto ganancia de pescadores. Un saludo.
Blanco es votar que no hay nadie que te represente, lo de favorecer a los grandes es porque hay gente que les vota … pues a j… toca garfal .. pero yo EN BLANCO. Si a la peña le va la marcha y ni tan siquiera deslegitima a los grandes pues más de lo mismo y viva el turnismo y a las cosas siempre igual, un voto masivo en blanco más la abstención dejará al nuevo gobierno sin validez democrática, clara que ganará PSOE o PP pero será la legislatura de la vergÜenza aunque ellos no tengan ningula. Saludos.